Hay empresas que muestran altas ganancias (utilidades) netas en sus estados financieros, incluyendo declaran ante la SUNAT el pago de impuesto a la renta, sin embargo cuando uno de sus proveedores les solicita el pago de una factura ya vencida, le responden “Regresa la próxima semana o el próximo mes”.
En un escenario de corto plazo las empresas buscan mantener liquidez. Podemos apreciar que en épocas de crisis financieras, los gerentes se inclinan a favor de la liquidez, minimizando la rentabilidad; mientras que en el largo plazo la rentabilidad puede mejorar y las ganancias convertirlas en cash y mejorar la liquidez.
Liquidez es la capacidad para cumplir con las obligaciones de corto plazo. El capital de trabajo es fundamental para la operación del negocio, depende del efectivo disponible, para cumplir con los proveedores, empleados, pago de impuestos, etc.
La rentabilidad es la ganancia operativa neta que se obtiene del capital invertido. Asi como hay empresas que contablemente muestran buena rentabilidad pero no cuentan con liquidez; también hay empresas que tienen buena liquidez, pero una mala situación financiera.
Cuando se encuentran en esta disyuntiva, los buenos gerentes buscan que los problemas de liquidez sean solucionados en el corto plazo.
Por otro lado, la falta de rentabilidad se puede resolver en el largo plazo, mejorando la estructura de costos, incrementando ventas, reduciendo gastos, implementando políticas para maximizar la rentabilidad del negocio.
Debe haber una alta rotación de cuentas por cobrar.
Generalmente las organizaciones empresariales deben tener un adecuado manejo de la liquidez y al mismo tiempo una óptima rentabilidad que garantice su éxito; no obstante cuando se presentan crisis económicas esos dos conceptos se contraponen, convirtiéndose en un dilema para el responsable de las finanzas quien deberá direccionar las políticas financieras con el fin de superar las dificultades.
Para resolver la inquietud considero pertinente indicar que la liquidez es la capacidad que tiene un ente económico para cumplir con sus obligaciones, deudas o compromisos mientras que la rentabilidad es la medida de la productividad de los fondos comprometidos en un negocio, aunque ambos conceptos son objetivos de la gestión financiera se debe tener en cuenta su nivel de importancia al transcurrir el tiempo.
Los problemas financieros de liquidez se deben solucionar en un corto plazo porque la ausencia de capital de trabajo neto, el incumplimiento en el pago a los proveedores, acreedores, empleados, entidades financieras, administraciones de impuestos, entre otros, obstaculizan la operación y el normal funcionamiento de la empresa, además imposibilita la obtención de recursos (créditos) que faciliten mejorar la iliquidez, debido a que nadie presta dinero al que no tiene capacidad de pago.
Contrario a los problemas financieros de liquidez, los inconvenientes económicos de rentabilidad se pueden resolver en un largo plazo mediante una mejora en la estructura de costos, incrementando los volúmenes de ventas, minimizando gastos, entre otras políticas que al implementarlas maximizan la rentabilidad (utilidad) de las empresas.
De acuerdo a lo anterior se puede afirmar que las organizaciones empresariales funcionan y operan es con efectivo y no con utilidades, y en ese orden de ideas considero que financieramente no es viable vender a precios altos, es decir a crédito y tener un amplio margen de utilidad, si no hay una adecuada rotación de cartera que permita tener efectivo para continuar con la producción de bienes y/o servicios, así como la correcta administración de la empresa.
Entonces ¿Qué es mejor tener liquidez o rentabilidad?, la respuesta en un escenario de corto plazo siempre será mejor la liquidez y por consiguiente las decisiones en momentos de una crisis financiera estarán inclinadas a favor de la liquidez minimizando la rentabilidad, mientras que en el largo plazo la rentabilidad se puede mejorar y al convertirse las utilidades en efectivo no existirán problemas de liquidez.
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