ECONOMIA

Introducción

Si bien la economía se constituyó como ciencia a mediados del siglo XVIII, la preocupación por los procesos económicos en las sociedades se remonta a las civilizaciones de Grecia y Roma. Lo “económico” juega un rol central en la organización de las distintas sociedades históricas, ya que se encuentra ligado a su subsistencia -provisión de alimentos, organización del trabajo, intercambio de recursos-.

La Revolución Inglesa en 1689 y la Revolución Francesa en 1789 tuvieron como principal consecuencia la transición de la monarquía a la democracia como forma de gobierno lo que, a su vez, trajo aparejados importantes cambios en la forma de organización de las sociedades de la época.

Paralelamente, a mediados del siglo XVIII se consolidó en Inglaterra el fuerte proceso económico que también ha estudiado: la Revolución Industrial. Esta revolución no se circunscribió a un cambio tecnológico relacionado con la producción de bienes sino que, por el contrario, afectó a todas las esferas de la sociedad.

 A nivel económico, la creciente industrialización de la producción de bienes provocó un importante crecimiento de los flujos comerciales dentro y fuera del continente europeo. Esto obligó a que los intercambios comerciales pasaran a basarse principalmente en el dinero. Por otra parte, la creciente demanda de mano de obra que registró la industria provocó un éxodo de la población rural hacia los centros urbanos, donde se localizaban los polos industriales.

En consecuencia, ambos procesos implicaron profundas transformaciones en la estructura social, política y económica en las distintas sociedades europeas, a lo largo del período mencionado. Hacia finales del siglo XIX, a esta reorganización le siguió un proceso de pacificación que permitió una estabilización política y social en el territorio europeo.

Durante ese período los cambios que habían ido aconteciendo se plasmaron en una nueva fisonomía para la sociedad, tanto a nivel político como económico. En líneas generales, la mayoría de las sociedades europeas de la época adoptaron la democracia como forma de gobierno, al tiempo que el desarrollo de la industria y la expansión de la actividad comercial formaron la matriz del nuevo sistema económico de los principales países del viejo continente. Estos cambios estructurales garantizaron un nuevo proceso sostenido de prosperidad económica, que se extendió hasta las primeras décadas del siglo XX.

Las ciencias sociales, y entre ellas la economía, tuvieron un rol central en este proceso al aportar las teorías y el análisis para comprender los cambios acontecidos, y proponer respuestas y soluciones a los mismos.

Para ubicarnos históricamente, debemos considerar que, en Europa, a principio del siglo XIX la continua migración de la población rural en busca del empleo que escaseaba en el campo modificó, significativamente la vida en las ciudades. El hacinamiento que se registraba en algunos barrios enfrentó a las sociedades europeas con fenómenos tales como la pobreza urbana, los problemas sanitarios, la desocupación, la aparición de nuevas formas de delito.

Ante esta realidad, el pensamiento social se transformó en una herramienta científica a través de la cual se podrían estudiar diversas problemáticas y buscar sus explicaciones y soluciones.
 
Es en este contexto que en Europa, durante el siglo XIX, se desarrollaron y consolidaron los paradigmas del pensamiento social clásico: el liberalismo – en sus vertientes inglesa y alemana- y el marxismo.

 La Economía se constituyó como una ciencia social que estudia cómo los individuos o las sociedades usan o manejan recursos para satisfacer sus necesidades

 
Evolución histórica del pensamiento económico

Si bien el origen de la ciencia económica se sitúa históricamente en el siglo XIX, las discusiones y teorizaciones sobre la materia datan de muchos años antes.

objeto de estudio de la economía :

la propiedad privada de los pensadores griegos,
el derecho romano,
la moral escolástica,
el lucro,

conceptos que más tarde recuperaron los economistas identificados como pertenecientes a la escuela clásica.

Grecia

El origen del pensamiento económico moderno tiene su matriz en la antigua Grecia. Los pensadores griegos fueron los primeros en indagar y reflexionar acerca de distintas cuestiones relacionadas con lo que hoy conocemos como economía. Las temáticas tratadas por los filósofos griegos, en líneas generales, están relacionadas con la actividad comercial que tuvo un incipiente desarrollo durante los siglos IV y III a.c. y que, paulatinamente, alteró la estructura de la polis griega.

Aunque pensadores como Heródoto, Teuclides, Hesiodo, Jenofonte, Aristofanes y Esquilo se dedicaron al estudio de la economía, aportando algunas teorías, es a partir de Platón y Aristóteles que podemos encontrar conceptualizaciones más sistematizadas en relación con aspectos económicos de la vida en la polis.

Platón

 En su libro La República, encontramos una primera conceptualización acerca del espacio de la economía en la sociedad y también una descripción del modelo económico de la polis.

Al sostener que la sociedad debe organizarse en castas con una nítida separación de los roles sociales– trabajadores esclavos, soldados, gobernantes- establece una clara división social del trabajo.
A lo largo de La República Platón sostiene la supremacía del estado por sobre la economía y la necesidad de una fuerte intervención de los gobernantes sobre las actividades comerciales a fin de controlar los impactos y cambios que las mismas podrían ejercer sobre la organización social de la polis. Esto último estaba intrínsecamente relacionado con la concepción griega según la cual los valores humanos tenían prioridad sobre el concepto de riqueza.
 
Si bien ya otros teóricos griegos habían esbozado definiciones acerca del valor económico, es en la obra de Aristóteles donde dicha concepción se presenta de manera más acabada.

Aristóteles

En La Política Aristóteles sostiene que toda cosa útil es un bien económico susceptible de ser transado. Como consecuencia de ello, el valor de uso de ese bien es un valor propio y específico del mismo, mientras que el valor de cambio es creado por el comercio.
Partiendo de esta concepción, Aristóteles planteó dos formas de adquisición de la riqueza: la primera era natural y la formaban la agricultura, la caza y la pesca, que en conjunto integraban el sistema de la Economía original –económica-. Ésta estaba fundada sobre el valor de uso de los bienes y producida por medio del cambio en especies –trueque-.

La segunda, en cambio, estaba basada en el cambio operado a través de la moneda y daba lugar al sistema de Economía derivada –crematística- y se fundamentaba sobre el valor de cambio de los bienes.
De estos conceptos se desprende que la actividad productiva dentro de la polis mostraba dos facetas bien diferenciadas: por un lado, la económica, directamente relacionada con el arte de mantener la casa y el abastecimiento material de la casa o la polis, (producción y comercio destinado a la satisfacción de necesidades). Esas actividades no estaban necesariamente vinculadas a la utilización del dinero y la lógica del mercado, ya que el modo de intercambio pensado para la misma era el trueque.
Y, por el otro lado, la crematística que era
 
 Como consecuencia de esta conceptualización, Aristóteles esbozó una teoría acerca del dinero y de los precios. Según esta teoría el precio era el valor de un bien expresado en forma monetaria, entendida ésta como una medida de cambio entre dos bienes distintos.

Asimismo, en alguno de sus escritos Aristóteles bosquejó una serie de conceptos que explican el comportamiento de los precios a partir del comportamiento de la oferta y la demanda en el mercado.
Al retomar la concepción griega de que los valores humanos tenían prioridad sobre el concepto de riqueza (que ya se evidenciaba en la obra de Platón) Aristóteles, en sus escritos, condenaba la crematística por tener a la especulación monetaria como finalidad única y rechazaba la idea de que la moneda pudiera generar nueva riqueza a través de actividades relacionadas con el comercio monetario, como es el caso de la usura - generación de intereses a través del comercio con dinero (préstamos).
 
Roma

En lo que se relaciona estrictamente con la economía, cabe señalar que los mayores aportes por parte de los romanos han sido:

a) El reconocimiento de la propiedad y la estipulación de modalidades contractuales –arrendamiento, aparcería, etc.-.

b) La constitución de mecanismos institucionales y legales que reglaron y legislaron sobre las relaciones contractuales y comerciales entre los individuos, dando vida a un cuerpo jurídico sólido y coherente.

La escolástica

La generación de riqueza durante la Edad Media se estructuró en torno a un sistema estamental –sistema feudal- basado en la explotación agrícola a través del “vasallaje”. Esta estructura social suponía que unos actores sociales –los señores feudales- aportaban la tierra, mientras que los otros -los vasallos- aportaban sus herramientas y su capacidad de trabajo.

Este esquema de división social del trabajo implicaba que el señor feudal fuera quien acumulaba toda la renta proveniente de la explotación de la tierra. El vasallo, a cambio de su trabajo recibía alimento, casa y protección contra otros señores feudales.

A lo largo de este período histórico la Iglesia se mantuvo independiente del poder central, operando como “un estado dentro de otro estado”. Esto permitió que la ciencia y la cultura registraran un progresivo florecimiento dentro de los muros de la misma iglesia. El principal movimiento intelectual de ese periodo fue el de los Escolásticos.

El teórico más destacado de esta corriente fue Santo Tomás de Aquino. En sus escritos sobre temas vinculados con la economía se evidencia claramente una búsqueda orientada a definir el nuevo tipo de hombre económico cristiano y sus relaciones con los bienes materiales. Santo Tomás retoma así alguno de los aportes de los filósofos griegos relacionados con el valor y el dinero.

Si bien no se oponen al comercio y al enriquecimiento de los individuos, muchos de sus escritos se centran en una definición moral de la generación de riquezas y una búsqueda del “precio justo de las cosas”. En cuanto al dinero, los escolásticos defienden su existencia para la realización de transacciones aunque, al igual que ocurría con los pensadores griegos, declaran inmoral la generación de riqueza a partir de la especulación (usura).

El mercantilismo

Durante el siglo XVI, las guerras entre reinos que se registraba en Europa dieron lugar a una serie de cambios significativos en la estructura política y económica de la región. La fuerte expansión colonialista por parte de España aparecía como una amenaza para el resto de los reinos -Francia e Inglaterra principalmente-.
En este contexto, la obra del filosofo inglés Thomas Hobbes, El Leviatán, cobró suma importancia y fue la piedra basal de lo que posteriormente se conoció como Estado Absolutista.

El debilitamiento de las estructuras monárquicas y la crisis del modelo feudal de producción motivaron una profunda reorganización en las sociedades de la época. Este proceso culminó en la imposición de un nuevo modelo de administración política que se plasmó, a lo largo del viejo continente, en gobiernos de marcado corte personalista, con una ideología fuertemente nacionalista y con una importante intervención estatal en las distintas esferas de la sociedad, particularmente en la actividad económica.
 
En este contexto hizo su emergencia un nuevo actor social: la burguesía. El creciente poder de los burgueses se sustentó, principalmente, en la aparición del capitalismo comercial en los países europeos y su posterior expansión hacia nuevas regiones, a través de los procesos de colonización de los continentes americano y africano. La creciente riqueza que los mismos fueron acumulando generó fuertes cambios en la fisonomía del viejo continente, tanto política como culturalmente.

Las distintas corrientes artísticas del movimiento que se conoce como Renacimiento fueron una expresión acabada de la nueva filosofía burguesa y se convertirían en la piedra basal de la ideología política que llevaría a la clase burguesa al poder en Europa, a partir de finales del siglo XVII y el siglo XVIII.

En este marco se gestó el mercantilismo, un movimiento intelectual profundamente ligado a los intereses de la burguesía. Uno de sus principales objetivos era estudiar mejoras en la forma de acumulación de la riqueza, que redundarían en un incremento en el poder de los Estados Nacionales.

El vehículo de aplicación de esta doctrina era el Estado Monárquico, que en ese momento comenzaba a debilitarse como consecuencia de:

la pérdida de poder de los señores feudales frente a los comerciantes de la ciudad en la generación de riqueza,

la creciente inclusión de la burguesía (ejercían distintas profesiones liberales) en los distintos estratos de la administración estatal.
 
En tal clima de época, el credo mercantilista abogaba también por un rol central y activo del Estado en el control de la circulación y acumulación de riqueza por parte de la sociedad. El núcleo teórico del mercantilismo sostenía principalmente que:

a. La riqueza de una nación depende de la cantidad de oro y plata que ésta tenga.
b. Dicha riqueza se maximiza únicamente a través de la acumulación de esos metales preciosos.
c. El proceso de acumulación se puede lograr sobre la base del superávit comercial.
d. El superávit comercial puede conseguirse indefinidamente.


El esquema de acumulación de riquezas propuesto por los mercantilistas afectaba severamente la economía interna de los estados pues se privilegiaba el comercio exterior por sobre el interior. Y la necesidad de obtener un superávit comercial a perpetuidad exigía que los salarios fueran bajos y que la población creciera garantizando mano de obra barata para la producción. Según los teóricos mercantilistas esta era la única manera para poder producir bienes lo suficientemente baratos para poder venderlos al exterior, sin comprometer la propia balanza comercial.

Los fisiócratas

Esta corriente del pensamiento económico se presentó como un paradigma contrapuesto a la teoría mercantilista, porque favorecía al comercio y al campo frente a la industria que hacía una defensa a ultranza del metalismo.

Los fisiócratas proponían una flexibilización de los mecanismos estatales que regulaban el comercio –“laisez-faire"-. En consecuencia, al orden absoluto y arbitrario propuesto por el mercantilismo los fisiócratas le oponían un orden económico regido por una “ley natural” que marcharía sola, siempre y cuando pudiera operar libremente y sin estorbos. Propusieron una limitación al poder de la monarquía que permitiera el desarrollo de la riqueza privada. Los pensadores nucleados en esta corriente abogaron en sus escritos por una reducción de la carga impositiva sobre el comercio, como así también por una reducción de las trabas al comercio por parte del Estado.

Sugirieron que el sistema impositivo debía basarse en existencia de fuertes tributos sobre los terratenientes quienes, según Francois Quesnay (principal pensador de esta corriente) eran considerados como la principal fuente de generación de la riqueza que luego se canalizaba a través del comercio, en toda la sociedad. Uno de los principales aportes de esta corriente al pensamiento económico es la concepción del orden económico como análogo a un organismo natural, es decir que los fisiócratas lo veían como un sistema de regulación de riquezas.

LA TEORIA ECONOMICA CLASICA

Introducción

La corriente denominada economía clásica tuvo su origen a finales del siglo XVII, en un marco social y político sumamente conflictivo, caracterizado por el fin de los estados absolutistas o monárquicos y la transición hacia la democracia burguesa. Por otra parte, la consolidación del poder de la burguesía industrial europea frente a los intereses agrarios y comerciales de la aristocracia conservadora, es un hecho que permite comprender el cambio de paradigma producido con el surgimiento de la economía clásica.

En este contexto, hacia fines del siglo XVII y primeros años del siglo XVIII, las ideas expresadas en “El contrato social” por el pensador John Locke, significaron una transformación radical en la forma de pensar y ver al individuo en la sociedad. Locke concebía al individuo soberano como un ser racional y libre, capaz de elegir por sí mismo (individuo como consumidor e individuo como votante), en el marco de un sistema político y económico sin limitaciones artificiales y arbitrarias - iusnaturalismo-. De esta manera se sentaban las bases para la formulación del modelo democrático de gobierno.

Constitución de los paradigmas clásicos del pensamiento económico: liberal y marxista

A continuación, analizaremos los fundamentos de la obra de los principales pensadores de la ciencia económica del siglo XIX y los conceptos que surgieron durante ese periodo.

En las próximas páginas, usted podrá leer una breve presentación de las ideas de:
 
  • Adam Smith (siglo XVIII)
  • Jean Baptiste Say (Siglo XVIII y XIX) 
  • Jeremías Bentham (Siglo XVIII y XIX) 
  • David Ricardo (Siglo XVIII y XIX) 
  • Thomas Malthus (Siglo XVIII y XIX) 
  • John Stuart Mill (Siglo XIX)
  • Carlos Marx (Siglo XIX)
Adam Smith -  Inglaterra 1723 -1790
El pensamiento de Adam Smith retoma algunas cuestiones que, previamente, habían sido abordadas por otras corrientes de pensamiento como las de los griegos, los escolásticos y los fisiócratas.
Influida fuertemente por el pensamiento iusnaturalista, la teoría de este pensador se basa en los siguientes principios:

El egoísmo es el mecanismo que hace de motor del sistema. Es la mano invisible que provoca el movimiento de las personas y de los mercados.
Los comerciantes son especuladores y fomentan los acuerdos contra el público. Se debe fomentar la competencia contra el poder de los monopolios estatales. Sin competencia no hay sistema.

El sector público debe: disminuir la intervención, desregular el comercio, eliminar impuestos y privilegios, impulsar la competencia, favorecer el comercio internacional, y dedicarse a lo que le es propio (defensa, justicia y educación).
 
Partiendo de estos principios, Smith, en su obra “La Riqueza de las Naciones”, esbozó un modelo económico que defendía a ultranza la propiedad privada por sobre el poder del Estado. Asimismo, abogaba por un mercado libre y sin trabas en el cual el libre juego de la oferta y la demanda -competencia- y la mano invisible del mercado distribuyeran bienes y fijaran precios a las diferentes mercancías.
En su obra, también desarrolla una teoría del valor, en la que aparecen discriminados el valor de uso y el valor de cambio de un bien, aunque el aporte de este pensador está relacionado específicamente con una nueva forma de concebir el valor de cambio de un bien. Veamos esto detenidamente.
En primer lugar, Adam Smith señala que el valor de cambio de un bien surge de la interacción de la oferta y la demanda de ese bien. Esto implica que el precio tiene una relación directamente proporcional con la demanda:

a mayor demanda los precios suben,
una disminución de la demanda influye en una baja del valor de cambio.

En el caso de la oferta, la relación es inversamente proporcional: la menor disponibilidad de un bien, frente a una demanda que se mantiene estable o que crece, genera un incremento de sus precios.

Usted puede observar lo expresado hasta aquí en la figura que aparece a continuación.



Jean Baptiste Say - Francia, 1767-1832

Vamos a abordar algunos aportes de Jean Baptiste Say para poder observar que el desarrollo del pensamiento económico también se basó en el enfrentamiento de líneas contrapuestas.

En su obra, disiente con el concepto de valor desarrollado por Adam Smith previamente. Para Say, lo que produce valor es la laboriosidad humana, junto con la naturaleza y el capital. Este concepto sería retomado, posteriormente, por David Ricardo. Establece, entonces, la triple división de los factores de producción: trabajo, tierra y capital.

Su idea sobre el valor destaca la importancia de la utilidad, aunque sin llegar a desarrollar una teoría plenamente madura, se erige como un precursor de la teoría subjetiva del valor; concepción que sería desarrollada por los economistas neoclásicos a principios del siglo XX.

Con respecto a la teoría del valor, afirma que la producción no es la creación de materia –para él sólo la naturaleza puede crear materia- sino de utilidad. El valor mide la utilidad de una cosa y el precio mide el valor de la misma. La utilidad la crean no sólo los que producen bienes tangibles sino también los que brindan servicios como, por ejemplo, el comercio o el transporte.


Otro aporte significativo de Say fue su desarrollo de la “Ley de los mercados”, comúnmente conocida como “Ley de Say”. Algunos de los argumentos implicados por esta ley se encontraban ya en La Riqueza de las Naciones de Adam Smith.
Frecuentemente, la ley de Say se resume en la expresión telegráfica: “la oferta crea su propia demanda”, como si el simple acto de ofrecer cualquier bien o servicio en el mercado garantizará su venta. Sin embargo, esta forma de expresarla puede llevar a confusiones.

En rigor, lo que esta ley sintetiza es la confianza en que un sistema de precios libres va a ser siempre capaz de coordinar todos los mercados y lograr su equilibrio simultáneo. Desde esta perspectiva, si todos los mercados están en equilibrio, quiere decir que el mercado de trabajo también lo estaría: todo el que quiere trabajar (a los precios vigentes) estará empleado y no habrá desempleo.

La polémica que tuvo lugar a lo largo del siglo XIX en torno a ley de Say ha desempeñado un papel importante en la historia del pensamiento económico. De hecho, podemos considerar que fue uno de los primeros intentos de aproximación al problema del equilibrio general de la economía.

David Ricardo Inglaterra, 1772-1823

El principal aporte de David Ricardo a la economía clásica fue el de profundizar las ideas sobre la relación entre el precio de un bien y sus costos de producción.

Se interesa exclusivamente por las mercancías que resultan de un proceso de producción. Lo que le preocupa no es el precio efectivo o de mercado que resulta de desviaciones accidentales y temporales (como la oferta y la demanda) Sus desarrollos teóricos se centran en el «precio natural y primario», derivado de las condiciones técnicas de producción. De esta manera, se diferencia de teóricos anteriores.

Veamos a qué remite el concepto de condiciones técnicas de producción: se trata de la cantidad de trabajo incorporado en la producción de las distintas mercancías.

En sus trabajos, Ricardo llegó a la conclusión de que el coste de los factores de producción -materiales, mano de obra, etc.- determinaba el precio del producto.

Dentro de esta conceptualización, también desarrolló una idea que resultaba novedosa para la época: el exceso de precio sobre los costos de producción de un bien representaba la renta o ganancia de quien lo producía –umbral de rentabilidad–.
 
Esta idea fue retomada posteriormente por Karl Marx para concebir su concepto de plusvalía.

Jeremías Bentham Inglaterra, 1748-1832

Sin bien, las teorías de Jeremías Bentham no pueden considerarse como estrictamente económicas, tuvieron una fuerte influencia sobre el análisis económico de la segunda mitad del siglo XIX y principios de siglo XX. Su obra se identifica, principalmente, con el desarrollo del concepto de utilidad, que dio nombre a una corriente de pensamiento conocida como utilitarismo.

Según Bentham, los individuos son, sobre todo, egoístas pues se mueven en el mercado motivados por la búsqueda de la satisfacción de sus propios deseos.
A diferencia de otros autores, Bentham negaba cualquier armonía natural de los egoísmos. La existencia del delito constituía, para él, prueba suficiente para afirmar que la armonía natural no existe.
Por lo tanto, el principio central de su filosofía es que el interés de cada individuo debe identificarse con el interés general, adoptando así el principio de utilidad como marco de identidad artificial de intereses.

A primera vista, la doctrina de Bentham muestra un parecido con la antigua filosofía griega del hedonismo, que también sostenía que el deber moral se satisface en el disfrute de los intereses que buscan el placer.
El utilitarismo añadió al hedonismo la doctrina ética según la cual la conducta humana tenía que ser dirigida hacia la maximización de la felicidad del mayor número de personas. Según este autor, el interés general de la comunidad se mide por la suma de los intereses individuales.

A partir de dichos conceptos, intentó medir el bienestar económico en sentido científico tomando como herramienta el cálculo de la felicidad, o suma del placer y del dolor colectivo. Así, en su obra “Introducción de principios morales y legislación” describía los factores sobre la base de los cuales tenían que medirse
 
los valores del placer y del dolor. A modo ilustrativo podemos mencionar: la intensidad del placer y del dolor, su duración, su extensión, esto es, él numero de gente afectada.

Bentham también explicó detalladamente el mecanismo por medio del cual debían efectuarse los cálculos de bienestar. Hay varias dificultades analíticas y prácticas en su teoría de la medición del bienestar, algunas de las cuales reconoció, ignorando otras.

Thomas Malthus Inglaterra, 1766-1834

En su “Ensayo sobre el principio de la población” Malthus sostiene que la presión que ejerce la cantidad de habitantes del planeta es una "ley natural", y esto hace que la pobreza sea natural e inevitable. En esta aseveración se observa por un lado una fuerte defensa de la filosofía individualista propia del capitalismo de la época y por otro un fuerte sesgo de lo que posteriormente se conoció como “Darwinismo Social”.
Esta concepción, básicamente, aplicaba el concepto de “supervivencia del más apto”, desarrollado por Charles Darwin quien se basó en la teoría de Malthus para elaborar su obra “Teoría del Origen de las Especies” al análisis sociológico.
Siguiendo esta línea de pensamiento, Malthus explica que cualquier esfuerzo social y político que se haga para reducir desigualdades o mitigar el sufrimiento sería contraproducente, porque provocaría un incremento de la población y esto implicaría, a su vez, un aumento de presión sobre los recursos de la producción. Por lo tanto, un sistema de propiedad común capaz de mantener a poblaciones aún mayores resultaba una afrenta al orden "natural" de las cosas.

Planteaba que las esperanzas de mayor prosperidad se verían obstaculizadas por un excesivo crecimiento de la población. Según Malthus, los alimentos sólo aumentaban adecuándose a una progresión aritmética (2-4-6-8-10, etc.), mientras que la población se duplicaba cada generación (2-4-8-16-32, etc.), salvo que esta tendencia se controlara por la naturaleza o por la propia prudencia de la especie.
 
Sostenía que el control natural era “positivo” ya que las guerras, las epidemias, la peste, las plagas, los vicios humanos y las hambrunas se combinaban y colaboraban en el control del volumen de la población mundial, y así lo limitaban a la oferta de alimentos.

Asimismo, señalaba que a los horrores de un control positivo de la naturaleza se sumaba la limitación voluntaria del crecimiento de la población, no mediante un control de natalidad (contrario a las convicciones religiosas de Malthus) sino retrasando la edad para casarse y reducir así el tamaño de las familias.
Pese a su particular visión, podemos encontrar en Malthus importantes aportes relacionados con la dinámica de la oferta y la demanda en el mercado. En sus escritos, este autor reconocía dos grupos de bienes: los necesarios o esenciales, y los superfluos o no esenciales. Sostenía que los recursos productivos debían orientarse hacia el primer grupo de bienes, sobre los cuales nunca habría saturación en su producción.

John Stuart Mill Inglaterra, 1806-1873

En su obra “Principios de Economía Política” Stuart Mill realizó una síntesis del pensamiento de los economistas clásicos, completando algunos desarrollos ya observados en autores como Smith y Ricardo.

En su obra, el autor precisa definitivamente el concepto del “homo economicus”. Según el mismo, el individuo, como “hombre económico”, movido únicamente por el principio hedonístico (la búsqueda de la máxima satisfacción con el mínimo esfuerzo) contribuye al logro del interés general a través del juego de la libre concurrencia. Esto plantea una nueva forma de pensar el concepto de “mano invisible del mercado”.
Un importante aporte de Stuart Mill es la diferenciación entre las leyes de la producción y de la distribución. Según el autor, las primeras son de carácter natural y la intervención humana no puede cambiarlas. Las segundas, en cambio, son producto de arreglos sociales y, en sí, son las instituciones las que las construyen y realizan la distribución.
 
En este punto, el autor se diferencia de posturas anteriores que se oponían a la intervención del Estado en la administración y distribución de la riqueza de las sociedades. En sus escritos, se observa una clara conciencia de que la ausencia de intervencionismo por parte del Estado no necesariamente garantiza la máxima libertad, y que existían restricciones e injusticias que solo la legislación podía eliminar.

De esta manera, Stuart Mill acepta la idea de conflicto social desestimada por sus predecesores en sus escritos. Siguiendo esta lógica, este autor afirma que si bien la propiedad privada es un derecho no debe ser considerado como absoluto y, por lo tanto, la sociedad puede interponer sus criterios cuando se genere un conflicto que ponga en peligro el bien público.

La riqueza de las Naciones
Adam Smith
Del precio real y nominal de las mercancías, o de su precio en trabajo y de su precio en moneda.
Todo hombre es rico o pobre según el grado en que pueda gozar de las cosas necesarias, convenientes y gratas de la vida. Pero una vez establecida la división del trabajo, es solo una parte muy pequeña de las mismas la que se puede procurar con el esfuerzo personal. La mayor parte de ellas se conseguirán mediante el trabajo de otras personas, y será rico o pobre, de acuerdo con la cantidad de trabajo ajeno de que pueda disponer o se halle en condiciones de adquirir. En consecuencia, el valor de cualquier bien, para la persona que lo posee y que no piense usarlo o consumirlo, sino cambiarlo por otros, es igual a la cantidad de trabajo que pueda adquirir o de que pueda disponer por mediación suya. El trabajo, por consiguiente, es la medida real del valor en cambio de toda clase de bienes [...]
Pero aunque el trabajo es la medida real del valor en cambio de todos los bienes, generalmente no es la medida por la cual se estima ese valor. Con frecuencia es difícil averiguar la relación proporcional que existe entre cantidades diferentes de trabajo. El tiempo que se gasta en dos diferentes clases de tarea no siempre determina de una manera exclusiva esa proporción. Han de tomarse en cuenta los grados diversos de fatiga y de ingenio. [...]
Es cierto, no obstante, que al cambiar las diferentes producciones de distintas clases de trabajo se suele admitir una cierta tolerancia en ambos conceptos. El ajuste, sin embargo, no responde a una medida exacta, sino al regateo y a la puja del mercado [...] La mayor parte de la gente entiende mejor que quiere decir una cantidad de una mercancía determinada, que una cantidad de trabajo. Aquella es un objeto tangible y esta una noción abstracta, que aun siendo bastante inteligible, no es tan natural y obvia. [...]El trabajo es su precio real, y la moneda es, únicamente, el precio nominal. [...]
[...] puede decirse que el trabajo, como los otros bienes, tiene un precio real y otro nominal. El precio real diríamos que consiste en la cantidad de cosas necesarias y convenientes que mediante él se consiguen, y el nominal, la cantidad de dinero. El trabajador es rico o pobre, se halla bien o mal remunerado, en proporción al precio real del trabajo que ejecuta, pero no al nominal. [...]
Del precio natural y del precio de mercado de los bienes
En toda sociedad o comarca existe una tasa promedio o corriente de salarios y de beneficios en cada uno de los empleos distintos del trabajo y del capital. [...] dicha tasa se regula naturalmente, en parte, por las circunstancias generales de la sociedad, su riqueza o pobreza, su condición estacionaria, adelantada o decadente; y en parte, por la naturaleza peculiar de cada empleo.
 
Existe también en toda sociedad o comunidad una tasa promedio o corriente de renta, que se regula asimismo, en parte por las circunstancias generales que concurren en aquella sociedad o comunidad donde la tierra se halle situada, y en parte por la fertilidad natural o artificial del terreno [...].
Cuando el precio de una cosa es ni más ni menos que el suficiente para pagar la renta de la tierra, los salarios del trabajo y los beneficios del capital empleado en obtenerla, prepararla y traerla al mercado, de acuerdo con sus precios corrientes, aquella se vende por lo que se llama su precio natural.
El artículo se vende entonces por lo que precisamente vale o por lo que realmente le cuesta a la persona que lo lleva al mercado [...] Además de esto, su beneficio es su renta, puesto que es el fondo peculiar de su mantenimiento o subsistencia. [...] Si esta, pues, no le rinde tal beneficio, no podrá decirse realmente que se le paga lo que le cuestan. [...]
El precio efectivo a que corrientemente se venden las mercancías es lo que se llama precio de mercado, y puede coincidir con el precio natural o ser superior o inferior a este.
El precio de mercado de cada mercancía en particular se regula por la proporción entre la cantidad de esta que realmente se lleva al mercado y la demanda de quienes están dispuestos a pagar el precio natural del artículo, o sea, el valor integro de la renta, el trabajo y el beneficio que es preciso cubrir para presentarlo en el mercado. Estas personas pueden denominarse compradores efectivos, y su demanda, demanda efectiva, pues ha de ser suficientemente atractiva para que el artículo sea conducido al mercado. Esta demanda es diferente de la llamada absoluta [...].
Cuando la cantidad de una mercancía que se lleva al mercado es insuficiente para cubrir la demanda efectiva, es imposible suministrar la cantidad requerida por todos cuantos se hallan dispuestos a pagar el valor integro de la renta, los salarios y el beneficio, que es preciso pagar para situar el artículo en el mercado. Algunos de ellos, con tal de no renunciar a la mercancía, estarían dispuestos a pagar más por ella. Por tal razón se suscitará entre ellos inmediatamente una competencia, y el precio de mercado subirá más o menos sobre el precio natural, según que la magnitud de la deficiencia, la riqueza o el afán de ostentación de los competidores, estimulen más o menos la fuerza de la competencia [...].
Esto nos explica los precios exorbitantes de los artículos de primera necesidad durante el bloqueo de una población o en época de hambre.
Cuando la cantidad llevada al mercado excede a la demanda efectiva, no puede venderse entonces toda ella entre quienes estarían dispuestos a pagar el valor completo de la renta, salarios y beneficio que costo la mercancía hasta situarla en el mercado. Parte de ella tiene que venderse a los que están dispuestos a pagar menos, y este precio más bajo que ofrecen por ella, reducirá el de toda la mercancía [...].


Karl Marx y el pensamiento económico clásico
Karl Marx. Inglaterra, 1818-1883

La obra de Karl Marx marcó un punto de quiebre en el pensamiento occidental y significó un cambio en la forma de ver y pensar las sociedades liberales de fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Fue una época de grandes convulsiones sociales, un período en el que la burguesía consolidó su poder, al tiempo que hizo su emergencia un nuevo actor social, el proletariado.

El importante desarrollo industrial registrado por algunas naciones europeas - principalmente por Inglaterra- había provocado significativos procesos migratorios del campo a la ciudad, que devinieron en una cuantiosa mano de obra que aportaba su capacidad productiva a la industria. Las condiciones de explotación en que vivía la clase obrera, sumadas a las malas condiciones sanitarias y el hacinamiento que se registraba en las ciudades contrastaban en forma notable con el discurso liberal de libertad e igualdad de los individuos.

Hasta la aparición del paradigma marxista, la historia de la humanidad se explicaba a partir de un avance lineal y ascendente de la razón en busca del estadio de libertad absoluta que, según los pensadores liberales, estaba representado por la democracia capitalista. De esta manera, en el imaginario liberal el individuo era la célula primaria del entramado social y el motor de todas las acciones y reacciones que se registraban dentro del mismo.

Frente a esta concepción, Marx planteó en su obra que el conflicto era el motor del avance de la historia y que estaba sintetizado en el enfrentamiento histórico de dos clases sociales, una dominante y la otra dominada.
La obra cumbre de Marx, El Capital, se centró principalmente en el análisis de la forma de producción capitalista deteniéndose en distintos aspectos – costos, mano de obra, precio, etc.- Si bien éstos ya habían sido tratados
 
por los pensadores clásicos, en este texto se estudian dentro del marco de un nuevo paradigma de análisis de la sociedad y la economía.

Marx y la teoría económica

Socialismo utópico

Para rastrear los origenes del pensamiento marxista se hace necesario referirse al socialismo utópico. Esta corriente de pensamiento es contemporánea del Positivismo que hizo su aparición en Francia durante el siglo XVIII. Si bien sus aportes están, mayormente, relacionados con el nacimiento de la sociología, este paradigma puede ser mencionado como un antecedente de lo que posteriormente se denominará socialismo científico.
El principal exponente de esta corriente es Saint-Simon  quien, a través de su libro “El catecismo político de los industriales”, esboza una teoría de la división social del trabajo que involucra a grupos o clases sociales con funciones y roles distintos, en el marco de la producción de una sociedad. A partir de ello, este autor diferencia entre clases productivas o Industriales y clases improductivas. En el primer grupo, aparecen la burguesía industrial y comercial junto a la incipiente clase obrera. Mientras que en el segundo aparece la nobleza, el clero y el rey.

Socialismo científico

En la obra de Marx el concepto de clases sociales adquiere un rol central, pues para él la lucha de clases es motor de avance de la historia. Para justificar está afirmación Marx explica, en primer lugar, que a diferencia de lo que pregona el ideario liberal, el primer acto del hombre es un acto totalmente material que está relacionado con su subsistencia. Es decir que antes de cualquier acto de índole racional el ser humano tiene que garantizarse los medios para poder alimentarse.

De esta manera se invierte la lógica cartesiana de “pienso luego existo” ,que había sido un valor fundamental del pensamiento liberal, para dejar paso a una concepción según la cual los primeros instintos del hombre están orientados a satisfacer sus necesidades básicas de subsistencia.

En segundo lugar, Marx no acuerda con el concepto robinsoniano del “hombre como isla” según el cual las personas pueden llegar a ser autosuficientes en soledad, concepto fundamental para el imaginario liberal. Por el contrario, plantea que a medida que las sociedades se complejizan los individuos tienden a agruparse para garantizar su subsistencia de una manera más eficiente.

Partiendo de esta idea, Marx sostiene que a lo largo de la historia de la humanidad podemos encontrar una serie de modos sociales de producción (esclavista, feudal, capitalista y comunista), los que a partir de los medios de producción
 
(tecnología) disponibles en ese momento histórico estructuran un tipo específico de relaciones sociales de producción en el cual se verán involucradas dos clases sociales, una que detentará una posición dominante y otra que será dominada.

En el siguiente esquema usted puede observar las relaciones que acabamos de explicar. Modos de produccion segun Karl Marx

 


Por último, Marx sostiene, que el devenir de la historia, desde sus orígenes hasta el surgimiento de los modos de producción capitalista, es la consecuencia del enfrentamiento dialéctico de clases sociales históricas. Como desenlace de dicho enfrentamiento, en un momento histórico determinado, se produce un nuevo estado de cosas que viene a superar los conflictos anteriores y propone una realidad nueva y distinta a la anterior.

Siguiendo este razonamiento el modo de producción capitalista, según la teoría marxista, sería el resultado de una síntesis superadora del modo de producción feudal en el cual se enfrentaban dos clases antagónicas: por un lado, los señores feudales, que conformaban la clase dominante y, por el otro, los siervos de la gleba que eran los dominados.

Concepto de capital y plusvalía

De acuerdo con lo expuesto hasta aquí, quizá a usted ya le haya quedado claro que, para Marx el modo de producción capitalista involucra a dos clases sociales que mantienen una relación de antagonismo.
 
El eje del análisis marxista del capitalismo es la explotación que sufre la clase obrera por parte de los dueños del capital de producción.

De esta manera, tomando algunos elementos de la teoría de valor de David Ricardo, Marx desarrolló el concepto de plusvalía.

La plusvalía, según Marx, equivale a la diferencia entre los salarios pagados y los precios de venta de los bienes en el mercado. Es decir que esa diferencia indica que por cada hora/hombre que un trabajador aporta a un bien hay una parte de ese tiempo que no le es remunerada. Esa cantidad de trabajo excedente producida por la fuerza de trabajo que no insume salario, va a engrosar la plusvalía obtenida por el capitalista. Así, con este concepto se grafica el proceso de expropiación de la capacidad productiva que sufren los trabajadores, durante el proceso de producción.

A diferencia de lo desarrollado por Ricardo, Marx pone a los salarios y a la explotación como fuente principal de generación de riqueza en el capitalismo.

En este sentido señala que el ejército industrial de reserva que componen los miles de desocupados que pueblan las ciudades juega un rol central en la
 
determinación de los ingresos de los asalariados, permitiéndole al capitalista su utilización como variable de ajuste del precio de los salarios.

Siguiendo esta lógica, la baja en el salario en un contexto de precios sostenidos o en crecimiento redundaría en un incremento de la plusvalía obtenida por el capitalista a partir del proceso productivo.

Por otra parte, Marx observa que la creciente incorporación de tecnología en el ámbito laboral también representa un incremento de la plusvalía del capitalista, aunque en este caso la misma no se daría por un incremento en el porcentaje de apropiación de los ingresos de los trabajadores, sino que se derivaría de una reducción del número de obreros ocupados y una optimización de los procesos de producción.

Frente a esta realidad, Karl Marx en sus escritos más políticos sostiene que el capitalismo no es el estadio final de la historia sino que, por el contrario, es un estadio que debe ser superado. Para ello propone un nuevo modo de producción, el Comunista, en el cual todo conflicto de clase se verá superado, ya que los trabajadores serán propietarios de sus medios de producción.

TEORIA ECONOMICA EN EL SIGLO XX
 
Introducción

vimos cómo la magnitud del desarrollo que mostraba el capitalismo a principios del siglo XX provocó una crisis de los paradigmas clásicos del pensamiento económico que habían regido a esa ciencia a lo largo del siglo XIX. Por otra parte, durante ese período el capitalismo europeo se fue consolidando y expandiendo a nivel mundial, anexando nuevos territorios (colonias) de los continentes africano y asiático.

Este proceso de desarrollo del comercio fue generando tensiones en el territorio europeo, las que se dirimieron en los conflictos armados denominados Primera y Segunda Guerra Mundial.

Las discusiones y replanteos teóricos que surgieron fueron generando lentamente nuevas formas de abordar el análisis económico, encaminándolo hacia la constitución de nuevos paradigmas para el trabajo científico. Dentro de esta tendencia, se observó una creciente orientación de las ciencias económicas hacia el análisis estadístico y hacia la generalización del uso de modelos matemáticos.

En la presente Unidad nos ocuparemos del desarrollo del pensamiento económico que se dio a lo largo del siglo XX. Analizaremos los nuevos paradigmas que fueron surgiendo como consecuencia de los cambios económico-políticos que, producidos a nivel internacional, determinaron que la discusión en torno al rol del Estado en la economía jugara un papel central, sobre todo durante la segunda mitad del siglo.

Comenzaremos entonces por plantearle un acercamiento a los principales pensadores de la Escuela Neoclásica y de las nuevas corrientes económicas como la Keynesiana y  la monetarista.

Escuela Neoclásica

La Escuela Neoclásica surge en Europa entre los años 1870 y 1890. La nueva concepción se origina en la necesidad de un enfoque diferente de la teoría del valor, motivado por las limitaciones que empezaban a mostrar las teorías clásicas.
 
 Su principal aporte consistió en señalar que el valor o precio de una mercancía depende de la utilidad marginal que proporciona al ser consumida.

Los teóricos de esta corriente coinciden en que el tema principal de la economía es la asignación de los recursos. En sus escritos, estos pensadores afirman que los altos costos de producción no necesariamente dan como resultado altos precios finales, ya que el valor depende del consumo y la utilidad se genera en el futuro y no en el pasado.

Es decir que el precio de un bien, al llegar al mercado, dependerá de la demanda, o sea de la utilidad que el comprador espera recibir por su consumo
:| Le proponemos que avance en la Unidad analizando dónde radica la diferencia entre la teoría del valor que sostenían los economistas clásicos y la postura de los economistas de la escuela neoclásica

En este orden de ideas, lo que se discute es si los factores de producción (materias primas e insumos de producción, mano de obra, capital, etc) crean el valor de los bienes finales –como se pensaba desde la teoría clásica- o si, por el contrario, son los bienes finales los que dan el valor a los bienes intermedios. En este sentido, los marginalistas explican que el valor de los factores de producción es determinado por la utilidad marginal del bien final que se fabrica con dichos factores, pero que éstos a su vez no confieren valor alguno a los bienes finales.

teoría clásica    
 
los factores de producción crean el valor de los bienes finales.
Para la teoría clásica, el valor de cualquier mercancía, por ejemplo un auto, estaba determinado por la cantidad de horas de trabajo y el costo de los insumos –acero, vidrio, plástico, etc. que se utilizaban en él.

Escuela Neo clásica 
 
los bienes finales dan el valor a los bienes intermedios.
Siguiendo los preceptos la teoría neoclásica, el valor de ese mismo vehículo estará determinado por la importancia que los consumidores le dan a ese producto en función de su esquema de consumo.

Marginalistas
 
el valor de los factores es determinado por la utilidad marginal del bien final que se fabrica con dichos factores, pero éstos a su vez no confieren valor alguno a los bienes finales. Siguiendo los preceptos de esta escuela, el valor del automóvil estará determinado por la utilidad que el comprador pretende obtener de la compra del mismo.
 
A partir de este nuevo enfoque, se hizo necesario definir un concepto diferente de utilidad. Los pensadores neoclásicos dan por sentada su existencia y delegan en los gustos personales de los individuos la decisión de reconocer la utilidad de los bienes, dando a entender que consideran la utilidad como un fenómeno psicológico no medible, pero que se encuentra en los bienes de consumo.

aportes de algunos de los principales teóricos de la Escuela Neo Clásica.

Carl Menger Austria 1840 - 1921

Carl Menger, fundador de la Escuela Austríaca de Economía, generó con su obra “Principios de Economía Política” un cambio importante con respecto a la teoría de los precios. Para él no son los costos de producción los que determinan el precio de los bienes (valor en cambio) como sostenían los clásicos sino, justamente, a la inversa. Siguiendo esta lógica, un bien debe ser considerado como tal si cumple las siguientes condiciones:

Cuando no confluyen todas y cada una de estas cuatro condiciones la cosa en cuestión (por ejemplo una casa) no alcanza o pierde su cualidad de bien.

Alfred Marshall (1842-1924)

Para seguir desarrollando la línea de pensamiento de la corriente Neoclásica nos acercaremos al pensamiento de Alfred Marshall. Su principal aporte a la teoría de la demanda fue la formulación clara del concepto de “elasticidad de la demanda”. Según este concepto,

el precio y la cantidad demandada se relacionan inversamente.

Es decir que el grado de la relación entre el cambio en el precio y el cambio en la cantidad demandada se manifiesta mediante el coeficiente de la elasticidad del precio.

A partir de ello, Marshall señala que cuanto mayor es la cantidad que ha de venderse, tanto menor debe ser el precio a que se ofrecerá, para poder encontrar compradores. Dicho de otro modo: la demanda aumenta cuando el precio baja y disminuye cuando el precio sube.

Según esta concepción, el precio que se paga en el mercado por una determinada cosa es la medida de la utilidad marginal de esa cosa para el individuo, y se denomina precio de demanda marginal.
Si el precio de demanda mide la utilidad marginal, entonces la ley de la utilidad marginal decreciente, puede formularse de la siguiente manera:
 

El precio que el individuo está dispuesto a pagar por el bien disminuirá con
cada aumento de la cantidad de dicho bien poseído por el consumidor.

El último paso en la construcción de la ley de la demanda es pasar de la demanda individual a la demanda agregada o colectiva.
De acuerdo con la concepción liberal clásica, para Marshall esta demanda agregada se obtiene por simple suma de las demandas individuales y, al ser la suma de las demandas de muchos individuos, la demanda se ajustará mejor a las variaciones en el precio.

De manera que la demanda agregada se construye por simple suma horizontal de las demandas individuales.

León Walras (1834-1910)

El principal aporte de este autor a la teoría económica fue la construcción de una nueva visión en el análisis de los procesos relacionados con la oferta y la demanda: el modelo de equilibrio general que permite analizar los fenómenos de la economía siguiendo la premisa de que todos los sectores que la conforman deben ser considerados de manera simultánea. De esta forma se tienen en cuenta todos los impactos directos o indirectos y, lo más importante, las interrelaciones de los mercados.

El autor, en uno de sus escritos, presenta un caso a partir del cual se puede entender el funcionamiento de este modelo.
Se consideran dos agentes: familias y empresas.
Se supone pleno empleo, preferencias invariables y se eliminan los mercados intermedios.
En este contexto, las familias venden factores de producción a las empresas – mano de obra - y éstas, a su vez, venden a las familias bienes finales.
Las empresas buscan maximizar su ganancia y las familias su utilidad.
Los modelos de equilibrio tienen algunos supuestos bastante rigurosos tales como:
 
perfecta competitividad,
precios dados,
tecnología fija, etc.
El equilibrio en el largo plazo se dará cuando los precios sean iguales a los costos promedio de la producción. Esto nos da una idea de cómo se interrelacionan los distintos mercados y de cómo un cambio en el precio de un bien final nos empujará a otro equilibrio, donde ambos actores (empresa y familia) maximizan, respectivamente, su ganancia y su utilidad.
Al agregar la oferta de bienes de las empresas y restarla del agregado de la demanda de bienes de las familias deberá vaciarse el mercado, de manera análoga sucederá con el mercado de factores de producción.
De esta manera, el equilibrio podría definirse como un estado en el cual el ingreso al interior de las familias, fruto de la venta de factores de producción tales como la mano de obra, sea igual a su gasto por demanda de bienes (por ejemplo alimentos) y lo propio para las empresas. De esta forma se encontrarán en equilibrio tanto los precios de los bienes y de los factores de producción, como las cantidades de los mismos bienes y factores disponibles en el mercado.

El equilibrio podría definirse como:


La singularidad en la línea de pensamiento de este autor deriva de los siguientes aspectos:

1 En primer lugar, la construcción de una teoría que va más allá del concepto de utilidad marginal (desarrollado por otros pensadores neoclásicos) y de la concepción de un sistema de notación matemática para el análisis y comprensión de las interrelaciones de la economía.
a) En segundo lugar, en su teoría no se observa una unidireccionalidad en la concepción del valor; Walras descubrió que su origen deriva de las conexiones generadas en el marco complejo de los distintos mercados.
 
 


:::.. Las nuevas corrientes económicas

La teoría keynesiana irrumpe en el campo de la teoría económica en el marco de la mayor crisis financiera que sufrió el capitalismo desde sus orígenes, a principios del siglo XVIII.

El fin de la primera guerra mundial, desarrollado durante la primera década del siglo XX (1914 a 1918), había cambiado sustancialmente la fisonomía geopolítica del mundo..


La expansión colonialista de los países capitalistas centrales había modificado las relaciones de fuerzas entre las naciones europeas - principalmente Alemania, Inglaterra, Francia e Italia - y había fortalecido la posición de los Estados Unidos, que pasó de árbitro durante el conflicto, a “garante de la paz” posterior.

Otras de las funciones que se arrogó el gobierno norteamericano, una vez finalizado el conflicto, fue la de financiar la reconstrucción de las economías más afectadas por la guerra que se desarrolló en territorio europeo. Paralelamente a este conflicto mundial, en el año 1917, se produce la Revolución Rusa.

El gobierno comunista que asumió el poder en Rusia luego de la caída del Zar puso al Capitalismo, por primera vez desde su existencia, ante la realidad de la existencia de un modelo económico y político alternativo.

Consolidado el poder comunista en Rusia, la posición de los partidos políticos y sindicatos de izquierda en el resto del mundo, se vió fortalecida inclusive en el seno de la sociedad norteamericana, incrementando en ella los niveles de conflicto social.
 
En medio de estas circunstancias la crisis económica mundial fue precipitada por la crisis de la economía norteamericana que comenzó, en 1928, con la caída de los precios agrícolas y estalló cuando el 29 de octubre de 1929 se hundió la Bolsa de Nueva York. Ese día bajaron rápidamente los índices de cotización de numerosos valores - al derrumbarse las esperanzas de los inversores, después que la producción y los precios de numerosos productos cayeran por espacio de tres meses consecutivos - y se vendieran precipitadamente unos 16 millones de acciones.

Las causas últimas de la crisis norteamericana fueron:
a) La contracción de la demanda y del consumo personal.
b) Los excesos de producción y pérdidas consiguientes (por ejemplo, en el sector automovilístico y en la construcción).
c) La caída de inversiones, propiciada por la caída de precios.
d) La reducción en la oferta monetaria y la política de altos tipos de interés llevadas a cabo por el Banco de la Reserva Federal desde 1928, para combatir la especulación bursátil.


Entre 1929 y 1933 el Producto Bruto Interno (PBI) de los EE.UU. cayó cerca de 30%; la inversión privada, en un 90%; la producción industrial, en un 50%; los precios agrarios, en un 60 % y la renta media en un 36%.

Unos 9.000 bancos -con reservas estimadas en más de 7.000 millones de dólares- cerraron en esos mismos años. La desocupación que en 1929 afectaba sólo al 3,2% de la población activa, se elevó hasta alcanzar, en 1933, al 25% de la masa de trabajadores, esto es, a unos 14 millones de personas.

Esta situación se tradujo, en primer lugar, en una drástica destrucción de las importaciones por parte de EE.UU. En segundo lugar, ese país procedió a repatriar los préstamos de capital que había hecho a corto plazo a países europeos y sobre todo a Alemania. También recortó sensiblemente el nivel de nuevas inversiones y créditos.

La dependencia de la economía mundial respecto de la norteamericana era ya sustancial. Sólo en Europa los préstamos norteamericanos entre 1924 y 1929 se elevaron a 2.957 millones de dólares.

Además, las debilidades del sistema internacional eran graves - países excesivamente endeudados y con fuertes déficit comerciales, grandes presiones sobre las distintas monedas, muchas de ellas sobrevaloradas tras el retorno al patrón-oro, numerosas economías dependientes de la exportación de sólo uno o dos productos-. Esto hizo que el resultado de la reacción norteamericana fue catastrófico: provocó la mayor crisis de la economía mundial hasta entonces conocida.
 
 


Las relaciones económicas con Estados Unidos en el período 1930-1943
El legado de la crisis
La Depresión mundial de 1929 dejó su impronta en la economía exportadora argentina. Ya antes del colapso de la Bolsa en Wall Street habían aparecido síntomas de decaimiento de la prosperidad económica que caracterizó al gobierno de Marcelo T. de Alvear (1922- 1928). Por consiguiente, los años del segundo gobierno de Hipólito Yrigoyen (1928-1930) estuvieron signados por un reemplazo del crecimiento, la especulación y la sobre- expansión por la deflación, el retraimiento en las operaciones y el déficit en la balanza de pagos. Hacia 1929 la declinación de las exportaciones, combinada con una reducida afluencia de nuevos capitales y las fuertes exportaciones de oro, abultaron la deuda nacional y desorganizaron el tesoro público. Asimismo, el peso cayó en los mercados cambiarios, aumentó la desocupación y dejaron de pagarse sueldos y salarios.
Esta tendencia negativa continuó durante 1930, año en el que los precios mundiales de los productos agrícolas y ganaderos comenzaron a bajar en forma desastrosa y las exportaciones argentinas cayeron al más bajo nivel anual desde la Primera Guerra Mundial. (1) El valor de las exportaciones argentinas hacia Estados Unidos cayó desde
93.558.000 pesos oro en 1929 a 59.448.000 pesos oro en 1930, llegando a su punto más bajo en 1932, con un valor de 19.265.000 pesos oro. Durante el resto de la década el valor de las exportaciones aumentó, llegando a un pico en 1937, con un valor de 129.741.000 pesos oro.
Durante la década de 1930 el comercio anual bilateral no se aproximó a las importantes sumas de los años 1927-1929; sólo en 1937, a causa de la sequía de la zona norteamericana del maíz, dicho intercambio excedió las cifras del período 1921-1926. Si se exceptúan los años comprendidos entre 1935 y 1937, en que los cereales argentinos cubrieron el déficit de producción de los sembrados norteamericanos, la Argentina exportó mucho menos al mercado norteamericano de lo que importó, generando déficits en su balanza comercial con Estados Unidos. En 1932, 1934 y 1938 el valor de las importaciones duplicó al de las exportaciones. Salvo los citados años de 1935 a 1937, se produjeron recurrentes déficits en la balanza comercial para la Argentina hasta 1941, momento en que esta tendencia se revirtió.
 

Otro dato relevante del comercio argentino-norteamericano durante la década de 1930 fue la pérdida de la posición que Estados Unidos había conquistado a partir de los años de la Primera Guerra como principal abastecedor de productos manufacturados para el mercado argentino a expensas de Gran Bretaña. Luego de haber abastecido aproximadamente un cuarto del total de las importaciones anuales argentinas entre 1925 y 1929, su participación se redujo a la mitad entre 1934 y 1938, mientras que la parte de Inglaterra ascendió hasta retomar el primer lugar en las importaciones argentinas a partir de 1931.
Uno de los obstáculos en las relaciones comerciales argentino-norteamericanas fue la continuidad del problema de las tarifas aduaneras. Este tema había sido un elemento de fricción entre la administración republicana norteamericana y el segundo gobierno de Hipólito Yrigoyen. A la serie de medidas sanitarias adoptadas por el Departamento de Agricultura norteamericano en 1926 durante la gestión de Alvear sobre la alfalfa, fruta y carne congelada y enfriada argentinas, (5) se añadieron otras de corte proteccionista como la aprobación de la Ley de Aduanas Smoot-Hawley en junio de 1930. Esta ley eliminó los cueros de la lista de artículos exentos de impuestos y aumentó los gravámenes que pesaban sobre la carne, la semilla de lino, el maíz y la lana, factores que complicaron la ya deteriorada posición interna del gobierno de Yrigoyen. En el caso de las exportaciones argentinas de alfalfa, la tarifa Smoot-Hawley de 1930 (8 centavos por libra de alfalfa) duplicó el gravamen respecto de la tarifa vigente en 1922 (4 centavos por libra), y ello provocó la virtual desaparición de las exportaciones de alfalfa argentina hacia el mercado norteamericano en la década de 1930.
Los efectos de las tarifas de 1930, combinados con los provocados por las tarifas de la década de 1920, fueron tales que en 1940, un año antes de que la Argentina y Estados Unidos firmaran su acuerdo comercial, entre las 2/3 y las 3/4 partes de las importaciones norteamericanas provenientes de la Argentina estaban aranceladas. El incremento de los derechos aduaneros dispuesto por las tarifas Hawley-Smoot jugó por cierto un rol crucial en la reducción de las exportaciones argentinas al mercado norteamericano en la década de 1930.
Frente a la situación que acabamos de analizar el gobierno norteamericano, durante la década del ’30, encaró una importante reforma en su política de gobierno que recibió el nombre de “New Deal” – “Nuevo trato”.
Ante la inmovilidad que presentaba la economía y la falta de inversión privada, productos ambos de la grave crisis financiera de años anteriores, la administración de F.D. Roosevelt optó por encarar un cambio radical en la relación entre Estado y mercado propuesto por la filosofía liberal clásica.
Extracto de la obra: VV.AA, “Historia general de las relaciones exteriores de la República Argentina”, Grupo Editor Latinoamericano y Editorial Galerna, Buenos Aires, 2000.

 
:::.. La corriente Keynesiana

Esta iniciativa estuvo basada principalmente en las teorías desarrolladas por el economista estadounidense John Maynard Keynes. La nueva política tenía una premisa sencilla: proveer al Estado de un rol central en la generación de empleo y riqueza en la economía nacional. Según esta concepción, ante la falta de inversión por parte del sector privado, los recursos públicos debían ser quienes impulsaran la reconstrucción de la economía.

En consecuencia, esta nueva política, si bien surgió de la necesidad de superar una difícil situación económica, provocó un fuerte cambio en la relación entre sociedad civil y Estado, que puso en crisis los paradigmas contenidos dentro del ideario liberal clásico. Hasta esta crisis, los economistas liberales habían abogado contra la intervención estatal en asuntos relacionados con la oferta y la demanda, aduciendo que era la “mano invisible del mercado” la que debía encargarse de administrar las relaciones entre ambas.

El cambio propuesto por el Keynesianismo modificó la forma en que se pensaba el Estado en el seno de la sociedad capitalista. Los cambios originados se mantuvieron vigentes hasta principio de los años ’90, cuando la irrupción del neoliberalismo obligó a fuertes reformas de la estructura del Estado - desregulación, apertura económica, privatizaciones - en pos de una mayor “liberalización” de la nueva economía capitalista globalizada.


John Maynard Keynes
Estados Unidos (1883 – 1946)


El libro más difundido de John Maynard Keynes es “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero”, en el que el autor expone su teoría del “capitalismo regulado”. La esencia de la teoría keynesiana estriba en que el Estado, con el fin de conservar y consolidar el régimen capitalista, debe intervenir activamente en la vida económica.

Entendía Keynes que el Estado podía reducir la desocupación y reactivar el sistema económico si se regulaba el consumo, la inversión de capital en la producción y el nivel del tipo de interés. La forma para llevar adelante esta política era hacer un enérgico uso de la política fiscal (política de impuestos y gastos gubernamentales) para completar el mecanismo de mercado del sector privado.
 
Hay en la obra de Keynes una fuerte postura crítica en relación a los pensadores considerados clásicos - Smith, Ricardo, Bentham, Stuart Mill -.

Según Keynes, la economía política clásica se ocupó de la distribución del producto social más que de su cuantía; los clásicos trataban de explicar los determinantes de las participaciones relativas en el ingreso nacional, de los diversos factores de la producción, y no las fuerzas que determinan el nivel de dicho ingreso, que también puede llamarse nivel de ocupación o de actividad económica general.

El supuesto implícito del sistema clásico, que se hace explícito en la ley de mercado formulada por James Mill, Say y en cierta medida por Ricardo, es que el sistema económico tiende espontáneamente a producir una ocupación plena de los recursos que dispone. Los clásicos ignoraron el problema de las crisis, tampoco analizaron específicamente la posibilidad de que hubiera diferentes niveles de actividad económica con la misma cantidad de recursos.

Esto lleva a Keynes a pensar el objeto de la economía desde una óptica marcadamente opuesta a la de los pensadores clásicos. Esto se evidencia fuertemente en todos sus trabajos en los cuales se ocupa de agregados como el ingreso, el consumo, el ahorro, la inversión más que la determinación de los precios individuales, tema que formaba la parte principal de la teoría económica clásica.

La teoría Keynesiana, en líneas generales, se aboca al estudio de las grandes tendencias de la oferta y la demanda en las sociedades, y las fluctuaciones de corto y mediano plazo en el mercado. Es así que desarrolla la curva de la demanda agregada que indica la cantidad demandada de todos los bienes y servicios en la economía, a cualquier nivel dado de precios.

Como usted podrá observar a continuación, la curva tiene pendiente negativa. Esto significa que, manteniéndose todo lo demás constante, un descenso del nivel general de los precios tiende a elevar la cantidad demandada de bienes y servicios.
 
DEMANDA AGREGADA


Figura 3: Curva de demanda agregada


La demanda agregada total equivale al gasto en consumo más el gasto de inversión. Tiene pendiente negativa por tres razones:

Un descenso del nivel de precios eleva el valor real de las tendencias de dinero de los hogares, lo que estimula el gasto de consumo.

Se reduce la cantidad de dinero que demandan los hogares. Cuando estos tratan de convertir el dinero en activos portadores de intereses, los tipos de interés bajan, lo cual estimula el gasto de inversión.

Cuando el descenso del nivel de precios reduce los tipos de interés, la moneda nacional se deprecia en el mercado de divisas, lo cual estimula las exportaciones netas. Por ejemplo, podemos tomar el caso de la Argentina de los últimos años en la cual la depreciación del peso en relación al dólar ha vuelto más “competitivo” al país a nivel internacional motorizando así las ventas al exterior de distintos commodities y productos

:::.. Curva de oferta agregada
Keynes definió la curva de oferta agregada como el precio de oferta agregada a la producción, correspondiente al empleo de un cierto número de trabajadores. Esto en un gráfico llega a tener la forma de una línea de 45º. Si nos
 
remitimos al gráfico que figura más abajo podemos observar que la demanda de los bienes a precios dados es igual al nivel de oferta de los bienes.

Una parte de la demanda agregada total de los bienes comprendía la demanda de inversión (planta, equipos, etc.) y Keynes creía que una gran masa de estos gastos, al menos a corto plazo, podían considerarse como autónomos o independientes del nivel de la renta. El supuesto puede ser perfectamente razonable dado que los grandes negocios adquieren compromisos de inversión a largo plazo, que tienen lugar a corto plazo al margen de las condiciones de la renta. Por ejemplo, recientemente se conoció la noticia de que distintas automotrices –Citroen, Fiat y Honda- iban a realizar fuertes inversiones en la Argentina con vistas a producir distintos modelos de vehículos en nuestro país tanto para consumo interno como externo. En ese caso se habló de una fuerte inversión inicial en la construcción o recuperación de fábricas, compra de equipamientos y maquinarias, etc. en el marco de un plan de negocio proyectado a 10 años.

OFERTA AGREGADA

Figura 4: Curva de oferta agregada

La curva de oferta agregada indica la cantidad de bienes y servicios que producen y venden las empresas a cualquier nivel de precios dado, y la relación entre el nivel de precios y la cantidad ofrecida depende del horizonte temporal.

A corto plazo la curva de oferta agregada tiene pendiente positiva por tres posibles teorías:

Según la nueva teoría clásica de las percepciones erróneas, un descenso imprevisto en el nivel de precios lleva a los oferentes a creer,
 
erróneamente ,que sus precios relativos han bajado, lo cual induce a reducir la producción.

Según la teoría keynesiana de los salarios rígidos, un descenso imprevisto en el nivel de precios eleva temporalmente los salarios reales, lo cual induce a las empresas a reducir el empleo y la producción.

Según la teoría keynesiana de los precios rígidos, un descenso imprevisto en el nivel de precios hace que las empresas tengan temporalmente precios muy altos, lo cual las induce a reducir la producción y las ventas.

La intersección de las funciones de demanda agregada y oferta agregada determina el nivel de equilibrio de la renta. Si la renta es mayor, la oferta agregada será mayor que la demanda agregada.

El punto importante de esto es que el nivel de producción generado por el consumo y la inversión, aunque estable, no es necesariamente el nivel del producto nacional correspondiente al de pleno empleo. Keynes llegaba a la conclusión de que en economía podría darse un nivel de renta de equilibrio que fuera inferior al de pleno empleo.

A partir de la teoría keynesiana, los economistas analizan las fluctuaciones económicas a corto plazo utilizando el modelo de demanda y oferta agregada. Según este modelo, la producción de bienes y servicios y el nivel general de precios se ajustan para equilibrar la demanda y la oferta agregada.

La cuestión central de la obra de este autor apunta a comprender los mecanismos que hacen a la alta inestabilidad de la demanda del conjunto de la economía. Lo que se busca entender con los dos modelos anteriores es cómo se mueven el consumo y la inversión en la sociedad, para poder plantear relaciones que permitan explicar y predecir comportamientos económicos a nivel macroeconómico.
Según este razonamiento frente a ingresos crecientes se evidencia una marcada tendencia descendente de los gastos de consumo, mientras gana significado el ahorro.

La gente trabaja así no exclusivamente para poder satisfacer sus deseos de consumo actuales, sino también para crear ahorros y fortuna.

El ingreso producido por la totalidad de la economía de un país en un período, por ejemplo de un año, debería llegar a ser en su totalidad demanda efectiva y todo el ahorro se debería reinvertir. Ahora bien, partiendo de este supuesto Keynes entendió que la dimensión de las inversiones depende predominantemente de las expectativas determinadas de réditos futuros antes que de la tasa de intereses
 
vigentes –indicador que mide el precio del dinero-. En consecuencia, las expectativas juegan un rol central en la determinación de la oferta de una economía nacional.
Si los empresarios cuentan con caídas de demanda, revisan sus planes de producción y de inversión correspondientes hacia abajo. Los puestos de trabajo disminuirán.

Keynes logra explicar con su modelo los motivos teóricos de la crisis observada. Las conclusiones más importantes permanecen:


La demanda efectiva tiene mucha importancia en el conjunto de la economía.
Las expectativas negativas pueden hacer que una economía en su conjunto permanezca no ocupada en su totalidad.
El efecto precios no siempre está asociado con la estabilización.

:::.. La corriente Monetarista

El monetarismo surge como una reacción a la teoría keynesiana que apareció a principios del siglo XX. El monetarismo defiende entonces una posición emparentada con los preceptos del paradigma liberal clásico y contraria a la intervención estatal en el mercado,

La corriente monetarista es una precursora de lo que actualmente se conoce como neoliberalismo. Su preocupación máxima es la inflación a la que consideran un problema estrictamente monetario

La inflación se produce, según el monetarismo, porque hay más dinero en circulación en manos de las ciudadanos del que debería haber de acuerdo a las reservas del Banco Central y a la actividad económica en general. En consecuencia, al darse esa situación el dinero no tiene respaldo y vale menos.

Para evitar que esto se produzca, los monetaristas proponen que la oferta monetaria crezca a un porcentaje fijo, constante e inamovible, que sea bajo, para evitar la inflación pero que se ajuste al crecimiento del país a largo plazo. Además, sostienen que se debe eliminar el déficit público y evitar, con una buena legislación, los monopolios, oligopolios y los sindicatos porque interfieren en el funcionamiento del mercado de trabajo.

De esta manera, para los monetaristas los cambios en la cantidad de dinero son la causa esencial de las fluctuaciones económicas. Es decir que la oferta monetaria es el determinante clave de los movimientos a corto plazo de lo que un país produce y del nivel de los precios en el largo plazo.
 
Su razonamiento científico se basa en los siguientes fundamentos:

El mercado produce la mejor asignación de recursos.
Nada afecta más a la eficiencia que la inestabilidad en los precios (ya sea que se trate de inflación como de deflación).
La economía sería estable de no ser por las intervenciones de los gobiernos.
Sólo reglas monetarias permanentes y estables hacen a una economía estable.
Sólo reglas monetarias permanentes y estables crean expectativas favorables.
Sólo reglas monetarias permanentes y estables impiden a los políticos las manipulaciones electorales.
Veamos ahora quiénes son los principales exponentes de esta corriente.

Irving Fisher
Estados Unidos (1867 – 1947)


La visión de la economía de Fisher puede resumirse en una sencilla frase: la oferta y demanda determinan el precio de cada bien relativo al nivel de precios, pero el dinero determina el nivel de precios.

Dicho razonamiento surge del estudio de la Teoría Cuantitativa del Dinero, desarrollada por este economista. Sus aportes más decisivos a la ciencia económica están relacionados con el estudio de los precios y la inflación.
En este sentido, en el año 1911 dedujo un marco matemático para juntar en una sola ecuación los principales componentes monetarios, escribiendo lo que para la posteridad sería "la economía cuantitativa del dinero":


La economía actual usa la teoría cuantitativa como base de cualquier análisis. El punto de partida de Fisher es simplemente el equilibrio contable de los intercambios que se desarrollan en una economía, durante un período dado: al
 
valor de todos los bienes ofrecidos en el mercado le corresponde el valor de todos los flujos monetarios que se dan en contrapartida.


Siguiendo estos razonamientos, Fisher se plantea tres hipótesis:

1. El volumen de transacciones está determinado por las "fuerzas reales" de la economía (por ejemplo: los deseos de los hombres, la diversificación industrial, las facilidades de los transportes).

2. La velocidad de circulación del dinero es un dato institucional y comportamental (depende de "los hábitos de pago", del "uso de las facilidades de crédito", etc.).

3. Las variaciones de la cantidad de dinero son exógenas al mercado de dinero (dependen de la "producción minera", de la "introducción de una moneda metálica menos costosa", de la "emisión de billetes de banco" y, por supuesto, de la política del Banco Central).


De este conjunto de hipótesis resulta que V (velocidad de circulación) e Y(....) son datos, y que el nivel de precios depende de la cantidad de dinero en circulación y le es directamente proporcional. En otras palabras: el poder de compra del dinero es inversamente proporcional a la cantidad de dinero.

En primer lugar, los precios crecen. Después aumentarán los tipos de interés previsto para los préstamos de dinero en el sistema, pero no suficientemente para eliminar los beneficios porque el aumento de los tipos de interés se produce con retraso respecto al aumento de precios.
Dado el aumento de la demanda, los empresarios invierten y aumentan su demanda de préstamos. De todo ello resulta un crecimiento inducido de la masa monetaria que hace crecer nuevamente los precios. Este proceso se repite hasta el equilibrio, que se obtiene cuando los precios son proporcionales a la nueva cantidad de dinero y cuando el aumento de los tipos de interés es suficiente para restablecer el nivel normal de beneficios.

Fisher afirma que la fuente del interés y su determinación reposa sobre dos elementos con los que deberemos hacer la síntesis:
 
El primero es un factor objetivo, calificado de "oportunidad de invertir", que se traduce en la posibilidad de aumentar el consumo futuro renunciando a una parte del consumo presente.
El segundo es un factor subjetivo, la "preferencia por el presente", que se traduce en "la impaciencia" o el "deseo de gastar".

La curva de oportunidad de invertir indica cómo, sacrificando una parte del consumo de hoy, las operaciones de producción nos permiten obtener el consumo de mañana. Para la economía en su conjunto, los deseos individuales de los agentes deben ser compatibles unos con otros. Esto deberá traducirse en la igualdad del ahorro y la inversión y es, por supuesto, el tipo de interés el que debe realizar dicho ajuste.

En suma, el equilibrio se alcanzará gradualmente a través de la reducción de la inversión y del aumento del ahorro que acompaña al aumento del tipo de interés.


:::.. Tasa real y tasa nominal de interés

En una economía con inflación es necesario distinguir entre la tasa de interés nominal y la tasa de interés real. Ciertamente, Fisher no fue el primero en establecer esta distinción, pero sin duda sí fue él quien dedujo por primera vez todas las implicaciones para la dinámica de la tasa de interés.

La tasa nominal o tasa de mercado estará formada por tres elementos:

´



De la descomposición de la tasa nominal de interés Fisher extraerá cuatro conclusiones de orden empírico:
 
El tipo de interés tiende a ser elevado cuando el nivel de precios está en aumento y bajo cuando el nivel de precios está bajando.
La tasa de interés sigue a la tasa de crecimiento de los precios sólo con un cierto retraso, de manera que la relación entre ambas variables se oscurece cuando procedemos a una comparación directa.
El tipo de interés está altamente relacionado con una tasa ponderada de las tasas de crecimiento de los precios, experimentada en el pasado que representa el efecto del retraso.
La tasa de interés tiene una clara tendencia a ser elevada cuando el nivel de precios es elevado y baja en el caso inverso.

La fórmula expresa que el tipo de interés nominal es:



:::.. Milton Friedman

Milton Friedman
(1912-2006)
Al igual que Fisher, Milton Friedman ha sido uno de los principales exponentes del monetarismo. Su primer intento de abordar la teoría económica fue a partir de un estudio de la teoría cuantitativa del dinero y de la teoría keynesiana.

En lo referido específicamente a la ecuación de intercambio desarrollada por Fisher, Friedman pensó que esta ecuación era demasiado sencilla e inexacta para describir la realidad. Es así como introdujo el Método de la “brecha inflacionaria”. Según el mismo, con pleno empleo, si el gobierno utiliza recursos adicionales el resto de la economía tendrá acceso a menos recursos.
Esta transferencia de recursos del sector privado al sector público no produce inflación si el incremento del gasto es igual a lo que es absorbido, producto del traspaso de recursos de una esfera a otra.
La brecha inflacionaria se produce cuando el gasto del gobierno no es correspondido con una reducción de la absorción. En este caso, se origina una elevación de los precios para forzar la caída de la absorción. Friedman propone, para evitar este proceso inflacionario, reducir la absorción por medio de impuestos.
 
Se declara entonces a favor del impuesto a los gastos, es decir, a los desembolsos y no a los ingresos.
Estos impuestos tendrían la ventaja de estimular el ahorro y reducir la demanda sin la necesidad de que el Estado provoque distorsiones en los precios pues estarían dirigidos al ingreso destinado al consumo. No se trataría de un impuesto sobre las ventas –como por ejemplo el IVA- ya que este tipo de impuesto distorsiona los precios.

El monetarismo creado por Friedman se funda en dos principios básicos:

La oferta de dinero es el único factor sistemático determinante del nivel de gasto y de la actividad económica.

Para asegurar la estabilidad de precios el banco central debe establecer un índice de crecimiento de la oferta de dinero a una tasa aproximadamente igual al crecimiento real de la economía.
De esta manera, Friedman muestra su aversión a cualquier intrusión del Estado en el mercado y por ende su acuerdo con el respeto de la libertad individual y de la libre empresa. Para alcanzar estos objetivos se requeriría de cuatro elementos:


Reforma del sistema monetario y bancario para eliminar la creación y destrucción privada del dinero.
Determinación del volumen del gasto gubernamental, basada en la disposición de la comunidad por pagar los servicios públicos.

Determinación exacta de las condiciones y las cantidades destinadas a asistencia social o transferencias directas.

Sistema progresivo de impuestos basado en los ingresos individuales.
A pesar de su extrema defensa del mercado, Friedman reconoce que existen ciertas restricciones que deben ser corregidas como, por ejemplo:

1. El monopolio: es el caso en el cual, para un producto, un bien o un servicio determinado solo existe un productor (monopolista) que ofrece este bien o servicio en el mercado. Se debe tener en cuenta que este producto no tiene un sustituto, es decir, ningún otro por el cual se pueda reemplazar sin ningún inconveniente; por lo tanto, este producto es la única alternativa que tiene el consumidor para comprar.

2. El monopsonio: aparece cuando en un mercado existe un único consumidor, en lugar de varios. Éste, al ser único, tiene un control especial sobre
 
el precio de los productos, pues los productores tienen que adaptarse de alguna forma a las exigencias del comprador en materia de precio y cantidad. Esto le permite al consumidor obtener los productos a un precio menor al que tendría que comprarlos si estuviera en un mercado competitivo.

3. El abuso excesivo del poder público.
En esencia, para este autor, la libertad económica es un requisito para la libertad política, ya que la combinación del poder político y económico en las mismas manos es una combinación segura para llegar a la tiranía.
La función esencial del mercado es la misma que para Adam Smith: proporcionar la mano invisible. Pero Friedman añade que el mercado hace las veces de medio de información, que se expresa a través de los precios. Esto se produce incluso en los países socialistas, ya que la aparición de mercados negros revela las fallas en la planificación centralizada.


:::.. Teoría de la Función de Consumo

Friedman parte de analizar los supuestos fundamentales de la teoría del comportamiento del consumidor, para luego establecer una función de consumo coherente con estos supuestos.

En condiciones de previsión perfecta, es decir, que el individuo conoce exactamente cuántos períodos tiene que considerar, cuál será su ingreso en cada período, qué bienes estarán disponibles al consumo en cada momento y cuál será la tasa de interés a la que podrá prestar o tomar prestado sólo hay dos motivos para consumir más o menos en un período determinado:

1. Regularizar el gasto de consumo, o sea mantener una trayectoria de consumo constante en el tiempo aunque existan variaciones en los ingresos corrientes. Tomemos por ejemplo el caso de un productor agropecuario, que produce trigo. El mismo tiene ingresos marcadamente estacionales –crecen fuertemente en periodo de cosecha y decrecen en época de siembra-. El consumo que el mismo hace no siguen esa tendencia, sino que se mantiene constante a lo largo del año.
2. Obtener intereses sobre los préstamos. Siguiendo con el caso del productor agropecuario, podemos considerar que en función de una estimación de la producción que se obtendría en la futura cosecha, ese productor podría elegir financiar sus consumos presentes a través de un préstamo –bancario, tarjeta de crédito, etc.-. Según Friedman la magnitud de ese endeudamiento debería estar limitada por la futura disponibilidad de dinero.

Con estas consideraciones, el agente procede a maximizar su consumo en los distintos períodos de tiempo con restricción a los ingresos que va acumulando a lo largo del año.
 
Es lógico suponer, entonces, que el consumidor ajuste su consumo a sus ingresos “normales” más que a sus ingresos corrientes. El ahorro en cambio depende del ingreso corriente. Estos dos supuestos llevan a inferir que si en un año cualquiera un agente percibe ingresos extraordinarios no alterará su consumo, pues este depende de su renta normal y canalizará toda la renta excedente al ahorro. En el caso contrario, sucede exactamente el efecto opuesto, se presenta una reducción o incluso ahorro negativo -deuda- mientras que el consumo permanece inalterado.


:::.. Papel del Estado
Básicamente, la visión friedmaniana del Estado concuerda en sus primeros tres puntos con la que Smith enunciara. Resalta también su atribución del monopolio legítimo de la fuerza. El concepto de Estado es, para él, la forma más cercana que conoce el hombre para recrear la libertad natural. Precisamente por este motivo, se requiere que el Estado prevea acciones para garantizar la seguridad ciudadana. El individuo carece de libertad en el momento en que las amenazas arrebatan la propiedad, por ejemplo cuando por medio de la coerción se incauta algo que por concepción legal es privado.

Por ende, el Estado debe dotar del marco legal para definir, con justicia, el movimiento libre de un mercado. De esta manera, las leyes sirven de apoyo para cumplir los incentivos creados por los precios.


:::.. Globalización

Aunque Friedman no escribe sobre la globalización, sostiene que dentro de las relaciones internacionales debe mantenerse el principio básico del mercado: “comprar al que vende más barato y vender al que pague más”. Si este principio se cumple en un mercado interno, dentro del internacional su aplicación debe ser total.

Según su posición, los gobernantes parecerían no entender que si se intenta distorsionar el perfecto desenvolvimiento del mercado, por medio de barreras arancelarias, el mismo mercado se encargará de compensar lo que los productores ganen con lo que los consumidores pierden.

Justifica este razonamiento lógico por un análisis histórico de la situación de la economía mundial y de determinados países, como EEUU después de la abolición de la ley de cereales por parte del Reino Unido. O por el esplendoroso caso de Japón al salir de la dinastía Meiji. Pero para no referirnos al pasado, el ejemplo más reciente es el del moderno Hong Kong, que al estar totalmente descolonizado se ha transformado en uno de los mayores polos de desarrollo a nivel mundial.
 
 


10 años de convertibilidad: La experiencia Argentina
Los primeros diez años de convertibilidad en Argentina permiten ilustrar algunos de los aspectos salientes del debate cambiario. La Argentina de comienzos de los 90 podría ser caracterizada como una economía con desajustes estructurales, baja credibilidad institucional, alta dolarización financiera, inflación galopante y escasa apertura comercial y financiera. Por lo tanto, se aplicaban los argumentos a favor de la adopción de un régimen superfijo que eliminara el sesgo inflacionario y generara incentivos para llevar a cabo las reformas estructurales pendientes, a un costo fiscal relativamente bajo.
Asimismo, la ganancia de eficiencia esperable de un descenso de la inflación hacía presuponer una recuperación real importante en el corto plazo. Con el beneficio que da la perspectiva de los años pasados, es posible inferir que las expectativas depositadas en el régimen fueron en alguna medida exageradas. La súper fijación del tipo de cambio rindió los frutos esperados en términos de estabilización de precios, con importantes ganancias de eficiencia y efectos positivos inmediatos sobre el ingreso y su distribución. Sin embargo, si bien la convertibilidad permitió generar confianza en la regla monetaria, ésta se basó no tanto en la calidad de las políticas activas puestas en práctica sino en las trabas que el régimen imponía.
Asimismo, tal como lo sugiere la teoría, el régimen se caracterizó por una mayor volatilidad real y un impacto efímero sobre la disciplina fiscal.

© Levy Yetati, Eduardo, “10 años de convertibilidad: la experiencia argentina”, Revista de análisis económico, Vol. 16, Nº 2, 2001.

 


El Mercosur y la competitividad
Tanto el Gobierno argentino como el brasileño han dado reiteradas muestras de voluntad política de sostener y hacer progresar el Mercosur, pero esto no será suficiente sin un aumento en la competitividad argentina.
Durante los años noventa la Argentina tuvo un sostenido superávit comercial con su socio del Mercosur. Más aún, después de la devaluación del real de 1999, las exportaciones siguieron aumentando y el superávit se mantuvo. En 2002 creció aún más, pero esta vez como consecuencia de la crisis local.
A partir de 2003, la recuperación de la economía argentina y la reducción de la demanda brasileña se conjugaron para convertir el superávit en un importante déficit que se repetirá este año: en el primer semestre del año el déficit comercial con Brasil fue el doble del correspondiente al mismo período del año pasado.
Un aspecto inquietante de este cuadro es que el desequilibrio se mantiene a pesar de la revaluación de la moneda brasileña en relación al dólar y al peso argentino. Esto se explica tanto por la demanda de importaciones de la economía argentina como por la competitividad de la producción brasileña. Esta última está sostenida, a su vez, por la productividad generada por las inversiones en la producción, los servicios y la infraestructura y por las medidas estatales de apoyo a la exportación.
Para administrar esta situación, los gobiernos de ambos países negocian cláusulas de adaptación competitiva y discuten acuerdos sobre numerosos temas económicos y de otro orden, que deberían concretarse antes del 30 de noviembre, cuando se celebrarán los 20 años del primer acuerdo de integración argentino brasileño.
Los acuerdos generales o sectoriales, así como las políticas cambiarias, pueden contribuir a equilibrar el comercio y a defender sectores locales. Pero para lograr esos objetivos en forma sustentable será necesario seguir el paso brasileño en materia de aumento de competitividad, lo cual requiere, en primer lugar, un mayor ritmo de inversión en las actividades vinculadas con el comercio exterior.

© Clarín, El Mercosur y la competitividad, 16 de agosto de 2005.

 

 

:::.. Introducción
En las tres primeras unidades le hemos planteado un recorrido por las formas con que se desarrolló el pensamiento económico en occidente a lo largo de los diferentes períodos históricos.
En esta Unidad nos dedicaremos a estudiar de qué se ocupa la Economía como ciencia. Le proponemos comenzar por la siguiente reflexión.
En su vida cotidiana usted lleva a cabo diferentes actividades, como por ejemplo alimentarse, vestirse, estudiar, pasear, etc.
¿Qué necesita usualmente para llevarlas a cabo?. Elabore en su carpeta un listado lo más exhaustivo posible. Después de hacerlo trate de responderse estas preguntas (no es necesario que lo haga por escrito):
¿Qué cosas integran el listado que usted elaboró?
¿Considera que son necesarias?
¿Qué función cumplen en su vida?
¿Siempre dispone de ellas?
¿Cómo logra conseguirlas?


Posiblemente, en sus respuestas habrá hecho referencia a elementos tales carne, verdura, bebidas, ropa de abrigo, ropa liviana, libros, carpetas... dinero, es decir a recursos que utilizamos y administramos diariamente para llevar a cabo las actividades cotidianas. También habrá considerado que en muchas ocasiones estos recursos resultan limitados y escasos y que entonces su mayor preocupación se centra en encontrar la mejor manera de utilizarlos adecuadamente para poder satisfacer sus necesidades.

Pues bien, de estos temas sólo que a mayor escala se ocupa la Economía. Por eso, en esta última unidad nos dedicaremos a estudiar los distintos aspectos que hacen al análisis macroeconómico de un país. Es decir, abordaremos las distintas dimensiones de la situación macroeconómica:

lo tributario,
lo comercial y
lo institucional.
 
Deberemos abocarnos a profundizar en el conocimiento de las distintas variables que nos permiten mensurar y analizar el comportamiento general de la economía. En tanto los comportamientos humanos son materia de análisis de otras ciencias sociales como la sociología, la ciencia política, la historia y la demografía, con enfoques y metodologías diferentes, resultan complementarios de los estudios que realiza la Economía y por lo que también formarán parte de nuestro análisis.

El objetivo de esta Unidad es que usted alcance un mejor conocimiento de los distintos aspectos del funcionamiento de la economía de un país, para poder tener un mayor nivel de comprensión de las problemáticas actuales de la economía argentina.






:::.. El objeto de la economía: bienes y servicios económicos

Daremos aquí una primera definición de Economía:

 
Podríamos decir entonces que desde el punto de vista del individuo, la economía se concentra en el estudio de la asignación de sus recursos escasos, de forma de obtener la satisfacción máxima de sus preferencias.


Asimismo, desde el punto de vista de la sociedad el interés se centra en cómo obtener el máximo nivel de bienestar dados los recursos disponibles.



Como expresa nuestra definición, la economía en sus análisis se ocupa tanto de los bienes como de los servicios económicos. En cuanto a los servicios son aquellas actividades que, sin crear bienes materiales, se destinan directa o indirectamente a satisfacer necesidades humanas.

En coincidencia con lo que expresaba Carl Menger, se define como bien a todo medio capaz de satisfacer una necesidad, tanto de los individuos como de la sociedad en su conjunto.
Los bienes pueden clasificarse de la siguiente forma:
 



 




Un bien escaso es aquel que se produce o existe en cantidades limitadas. La escasez de recursos se define en relación con las necesidades que son ilimitadas y que tienden a ampliarse con el desarrollo humano.

En relación con la necesidad a satisfacer los bienes se clasifican como:

Bienes primarios: satisfacen necesidades básicas como alimentarse, vestirse, etc.

Bienes secundarios: satisfacen otro tipo de necesidades relacionadas con consumos culturales y de status social como, por ejemplo, viajar, tener un auto, etc.
Los bienes económicos se pueden clasificar en:
 
Durables: tienen un uso prolongado, por
Bienes de ejemplo, un televisor, una heladera.
consumo
Satisfacen
directamente las necesidades de los No durables: tienen un uso limitado en el tiempo, por ejemplo, los alimentos.
individuos
Bienes económicos

   
Bienes de capital
Es el conjunto de bienes que se utiliza en el proceso de producción de otros bienes Capital físico: edificios, materias primas, etc. maquinaria,
Capital humano: mano de obra
Capital financiero: fondos
disponibles  para  financiar el  proceso
productivo.


De acuerdo con su función también se pueden agrupar en:

Bienes intermedios: son aquellos que necesitan ser transformados para poder ser utilizados como un bien de consumo como, por ejemplo, la harina.
Bienes finales: son los que pueden destinarse al consumo en su estado actual como, por ejemplo, una manzana.

Los bienes que se utilizan en el proceso de producción, se denominan
factores de producción y se dividen en tres categorías principales.
Recursos naturales: estos recursos, como factor productivo, comprenden el uso de la tierra en la producción agropecuaria, así como también los productos minerales que se pueden extraer de ella.

Trabajo: puede destinarse a la creación de bienes materiales o a la producción de servicios como, por ejemplo, en el caso de un electricista. Existen numerosas actividades que constituyen servicios tales como la distribución de alimentos, las actividades que se realizan dentro de un hotel, en un comercio, las actividades financieras, etc.

Capital: recursos monetarios y de capital (edificios, maquinaria, etc.) destinados a la producción de un bien específico.
 

ACTIVIDAD 15
Después de leer listado que le presentamos a continuación:
a) Clasifíquelo según se trate de servicios o bienes.
b) Cuando se trate de bienes, aclare de qué tipo de bien se trata (bien de consumo durable, bien de capital físico, humano o financiero, bienes intermedios o finales, o si son bienes de producción)
Le damos aquí un ejemplo: la harina es un bien primario, de consumo, no durable e intermedio.

Auto

Trigo grano

Lavadero Automático

Acero

Service técnico

Caucho

Medicina prepaga

Aceite

Caña de Azúcar

Libro

Tornillo

Heladera

Reloj

Educación

Diario

Caramelo

Custodia privada

Taller Mecánico
 
Como ya hemos mencionado, satisfacer una necesidad implica la elección de un bien o servicio entre un conjunto de bienes y de servicios. En consecuencia, la elección de un bien o de un servicio supone a su vez la renuncia a disfrutar del resto.

En economía, dicha elección es mensurable y cuantificable, y se conoce como
“costo de oportunidad de un bien o servicio”.
Según la teoría económica actual, el costo de oportunidad de un bien o servicio es la cantidad de otros bienes o servicios a los que tenemos que renunciar para obtenerlo.

No sólo la producción de bienes y servicios sino todas las actividades que desarrollan los individuos implican continuamente la toma de decisiones.

La economía se ocupa de analizar la forma en que los diferentes agentes económicos realizan sus elecciones. Dicha elección se basa en una regla denominada costo–beneficio según la cual el individuo realiza una actividad si el beneficio que le produce es mayor que su costo. Esta regla define la racionalidad del individuo (homo economicus) que será objeto de estudio de la economía.


:::.. Los agentes económicos

En el marco de lo que actualmente conocemos como sistema económico encontramos una multiplicidad de agentes, que se interrelacionan a través de intercambios económicos de bienes y servicios.

:| ¿Quiénes considera usted que son dichos agentes? Para hallar una respuesta piense quiénes están involucrados en el intercambio de bienes y servicios. Hay quienes los ofrecen y quienes los consumen.


Seguramente, usted ha podido identificarlos y ha notado que cada uno de ellos cumple un rol específico, que garantiza la continuidad en el tiempo del sistema económico.

Pese a los distintos posicionamientos en el esquema general, todos y cada uno de ellos se rigen por la regla de la racionalidad costo-beneficio, anteriormente expuesta. Ellos son: las familias, las empresas y el Estado. A continuación, nos detendremos en el análisis de las dos primeras.

Las familias
Son las unidades de consumo que ofrecen los recursos de que disponen (capital, trabajo y recursos naturales) para poder satisfacer sus necesidades. El objetivo de
 
las familias es maximizar su consumo de bienes y servicios, tomando en cuenta el presupuesto con el que cuentan. Éste está determinado por las retribuciones que perciben como consecuencia de los intercambios que llevan acabo dentro del sistema económico.

Una familia específica, que cuenta con un ingreso limitado, a la hora de decidir comprar un video o una computadora considerará sus necesidades, los precios de ambos bienes y sus preferencias, de forma que el resultado de la elección sea el más apropiado.
Las empresas
Son unidades de producción que se ocupan de producir los bienes y servicios de la economía, y para ello contratan factores productivos.
El objetivo de las empresas es maximizar beneficios, que proviene de la diferencia entre los ingresos que obtiene por la venta de los bienes y servicios, y los gastos en que incurre en su producción, esto es la retribución a los factores productivos -capital y trabajo- y la compra de bienes intermedios. La empresa decide qué bienes producirá y qué medios utilizará para hacerlo.

Pero, ¿de qué forma se relacionan estos agentes económicos?
Los agentes económicos se relacionan a través de los mercados determinando lo que llamamos el circuito económico, que en su versión más simple considera una economía sin relaciones con el exterior y sin participación del Estado. Observe dicho circuito en el siguiente gráfico.
 
Pagos monetarios
 
Bienes y servicios
 



















 
Ingresos de los factores
 


Figura 4: Circuito económico
 
Servicio de los factores productivos
 



 


Hemos analizado dos de los agentes económicos, consideraremos ahora al Estado.

El Estado
Es un agente muy importante dada su capacidad de influir en la actividad económica, por medio de la fijación de impuestos, subsidios, etc. Es la organización política que se da una sociedad en un territorio delimitado. El sector
 
público está formado por el conjunto de organismos que mantienen algún grado de dependencia funcional, presupuestaria o jerárquica con respecto al poder central.

Como ya hemos visto en los apartados anteriores, a lo largo de la historia el rol del Estado en la economía ha sufrido importantes cambios:

Hasta principios del siglo XX se consideraba que las funciones del Estado se limitaban a garantizar que se dieran las condiciones para que la actividad económica se desarrollara sin dificultades.
En el transcurso del siglo XX se amplían y diversifican las funciones del Estado y éste pasa a brindar a la sociedad servicios públicos (sanidad, educación, etc.,) y también a actuar como empresario ofreciendo bienes
públicos y bienes privados.

:| Le proponemos ahora que reflexione acerca de las funciones que el Estado desarrolla en materia económica, las formas en que interviene en la sociedad y que elabore un listado de actividades donde se verifique su intervención.
Es importante que piense en las modificaciones que han sufrido los servicios que presta a la comunidad en estos últimos años.


En la actualidad, el Estado interviene en la economía a través de cuatro aspectos fundamentales, que quizás aparecen en su listado. Ellos son:

1. La regulación, estableciendo normas de funcionamiento.

2. Los ingresos, recaudando dinero para desarrollar sus actividades.

3. Los gastos, realizando actividades.

4. Las empresas públicas.


La economía del sector público se ocupa de analizar la organización y las actividades que éste desarrolla, con el fin de lograr comprender y prever las consecuencias de esas actividades y evaluar otras medidas alternativas. En general, no existe una única opinión sobre estos temas y puede afirmarse que la economía del sector público es una de las áreas de mayor controversia dentro de la teoría económica.

Seguramente, entre las funciones que usted mencionó en la actividad anterior se encuentra alguna de las que a continuación enumeramos como las principales funciones del sector público en materia económica:
 
 

Para llevar adelante estos fines, el Estado acciona una serie de mecanismos que le permiten controlar parte del funcionamiento del sistema económico. Por ejemplo, el Estado tiene la potestad de modificar la operatoria de algún área específica de la economía a través de la implementación de normas de diferentes niveles: leyes, decretos, reglamentaciones, ordenanzas, procedimientos administrativos, etc. denominados, genéricamente: regulaciones. Definamos, entonces, regulación:

Dichas regulaciones pueden ser clasificadas de la siguiente forma:


1. Controles directos sobre productos

Aquí deben incluirse los controles de precios:
de alimentos (el pan y la leche, por ejemplo),
de medicamentos,
de la cuota mutual del sistema de medicina privada.
Y los controles referidos a los atributos de los productos (calidad y estándares técnicos).
2. Controles de entrada y salida de los mercados

El Estado determina quién está autorizado a ofrecer un producto, presuponiendo un permiso, una licencia o autorización del gobierno. Por ejemplo, en nuestro país regula:
la actividad minera, el Ministerio de Industria Comercio y Minería de la Nación,
los alimentos el SENASA (Servicio Nacional de Sanidad Alimentaria),
 
los remedios el ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología).
3. Controles relacionados con los procesos de producción

En esta categoría se incluyen aquellas regulaciones que, o bien reglamentan los insumos utilizados en el proceso de producción, o las características del proceso de producción en sí. En el primer caso se incluye, por ejemplo, toda la normativa referida a las propiedades de los alimentos, así como a los procesos de envasado y conservación. En la segunda categoría se podrían incluir, por ejemplo, normas tendientes a controlar el consumo de agua potable en una industria, o la emisión de sustancias tóxicas al medio ambiente.

4. Controles sobre la información

Usted reconocerá esta forma de regulación en alguno de los productos de consumo habitual ya que tiene por objeto que la información acerca de los atributos de un producto, un proceso o situación (por ejemplo, condiciones de trabajo riesgosas) sean claramente especificadas.
Ejemplo de esta regulación son los cigarrillos ya que tienen la obligación de incluir en la publicidad su condición de nocivos para la salud. Otro ejemplo lo constituye la fecha de vencimiento y la composición de algunos alimentos que aparecen impresas en los envases.


:::.. Establecer impuestos

Una de las principales funciones del Estado radica en su capacidad de establecer impuestos o tributos, con el fin de financiar el gasto público y promover cambios en algunas variables económicas tales como la distribución del ingreso, el consumo de algunos bienes o servicios sobre los cuales existe un juicio de valor favorable o desfavorable -por ejemplo, el tabaco o el alcohol-. Asimismo, los impuestos pueden ser una herramienta a través de la cual pueden implementarse políticas de estabilización que tienden a combatir las fluctuaciones cíclicas de la economía, que llevan a extremos no deseados tales como el desempleo o la inflación.

El funcionamiento de los mercados determina que los bienes y servicios se encaucen hacia quienes pagan por ellos y no hacia quienes los necesitan. Si en un país las personas están más preocupadas por canalizar sus ingresos hacia la compra de bienes suntuarios que hacia la construcción de escuelas en los barrios más pobres, donde nacen la mayor parte de niños, se estará realizando una inadecuada asignación del ingreso que determinará una creciente diferenciación social, con condiciones muy poco equitativas para los habitantes.

Mientras algunos viven en la opulencia con acceso a bienes sofisticados, otros no están teniendo lo suficiente para subsistir y carecen de instrumentos para
 
disminuir esa diferencia. Si la sociedad considera que la equidad es un valor a promover estará dispuesta a propiciar medidas o políticas solidarias con los sectores más pobres, con el fin de brindarles oportunidades de mejorar sus condiciones de vida.

El sistema tributario y los sistemas de transferencias pueden ser algunos de los mecanismos utilizados para realizar traslados de ingresos desde los sectores más ricos de la población hacia los más pobres, o hacia algunos sectores con dificultades específicas tales como los discapacitados, los ancianos o los niños, o desde las zonas más prósperas del país hacia las más atrasadas.
Existen dos tipos de ingresos que el Estado utiliza como fuente de financiamiento para atender los gastos gubernamentales y hacer frente a otras necesidades públicas: los tributarios y los no tributarios.
A continuación le presentamos un cuadro con las características de cada uno de ellos.
 
Constituyen las contribuciones obligatorias impuestas por los gobiernos sobre las personas, las empresas y las propiedades.





Ingresos
Tributarios Además de utilizarse para hacer frente a los gastos del Estado, los impuestos pueden establecerse para conseguir otros objetivos económicos y sociales, como fomentar el desarrollo de una economía de forma equilibrada, favoreciendo o penalizando determinadas actividades, o bien para realizar reformas sociales variando la distribución de la renta o de la riqueza.
Los precios que es el dinero que se da como contraprestación por la entrega de un bien, la concesión de su uso o goce, la ejecución de una obra o la prestación de un servicio de naturaleza económica.
No tributarios El precio corresponde a un servicio económico que presta el Estado por razones de oportunidad o por conveniencia económica, que se rige por el principio de la onerosidad. Por ejemplo, las tarifas de empresas públicas, la venta de mapas, los servicios de amarras, etc.
Otros ingresos voluntarios como las donaciones, legados y empréstitos.
Otros ingresos coactivos como las sanciones, los empréstitos forzosos (multas) y las asignaciones obligatorias de los entes públicos.
 
 


El Senado aprobó la reforma del régimen de jubilaciones
Con un amplio acuerdo y discursos que no abrieron discusiones, el Senado aprobó la modificación de la ley 24.241: ahora se podrá regresar del sistema de AFJP al de reparto estatal, y las administradoras privadas tendrán tope del 1% a la hora de cobrar comisiones.
La ley fue girada a Diputados, donde será debatida hoy en Comisión y votada en dos semanas. Y establece que quien tenga su primer empleo, si no elige entre el régimen de reparto o la AFJP, irá al primero: todo lo contrario de lo que sucede hoy.
La norma también lleva del 0,85 al 1,5 por ciento el pago por permanencia (el límite son 35 años de aportes) y fija que cada 5 años, por 180 días, el trabajador podrá volver a decidir si opta por el sistema estatal o la capitalización. Además establece que las Administradoras deberán destinar entre 5 y 20 por ciento de sus inversiones a obras de infraestructura.
Por acuerdo del oficialismo y la oposición, se añadió al proyecto del Ejecutivo un artículo que busca preservar el destino de los recursos de la ANSeS ( ver pág. 4).
"El objetivo es fortalecer el sistema previsional", dijo el senador oficialista Jorge Capitanich, quien defendió el proyecto.
Estuvieron en el recinto el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y el director ejecutivo de la ANSeS, Sergio Massa, así como el ex diputado y ahora superintendente de las AFJP. Juan González Gaviola. También, pero en la tercer galería, una representación de distintos sindicatos, entre ellos Antonio Caló, secretario general de la UOM y Norberto Di Próspero, de la Asociación del Personal Legislativo. Desde ese sector surgieron los aplausos al final de la sesión de más de cuatro horas.
 
El encuentro arrancó con la presidencia de Daniel Scioli y un discurso de Capitanich, quien es presidente de la comisión de Presupuesto y fundamentó los cambios de la ley 24.241 que en 1993 había impuesto el ministro Domingo Cavallo en el gobierno de Carlos Menem. Ahora senador por su provincia, Menem no estuvo ayer en la banca para dar al menos alguna visión distinta.
De modo que en un clima de general coincidencia, Capitanich explicó que el aumento de la economía, del empleo formal, de la recaudación previsional e, incluso, de la renegociación de la deuda hacían posible el cambio.
Luego, el radical Gerardo Morales, presidente de la comisión de Trabajo y Previsión Social, quien pidió una amplia campaña de difusión dentro de esos 180 días porque, dijo, las AFJP "hablan de una rentabilidad del 10 por ciento, lo cual no es cierto".
Siguieron Carlos Rossi (Partido Nuevo, Córdoba), el socialista Rubén Giustiniani, el renovador salteño Ricardo Gómez Diez y después Ernesto Sanz, jefe de la bancada radical.
Gómez Diez fue el único que recordó que el Senado había dejado caer durante este mismo gobierno una sanción de Diputados que en el 2002 había aprobado la opción ahora impulsada.
Hoy, se trata en comisión en la Cámara de Diputados. En quince días llegará al recinto, donde se aguarda un debate más animado.
Entre los opositores, hubo un eje unificador, referido a la necesidad de una profunda modificación en el futuro que consagre la movilidad de los haberes del sector pasivo y, además, la autarquía de la ANSeS. Si la respuesta del senador y presidente de la bancada del oficialismo, Miguel Pichetto, es la definitiva posición del Gobierno "la movilidad se ha cumplido". No hubo debate, aunque hace ya siete meses que el Congreso no responde el planteo de la Corte Suprema de que tome cartas en el asunto.
A la hora de la votación, el resultado tuvo algo de "pasado pisado": 58 votos a favor y ninguno en contra.

© Clarín, El Senado aprobó la reforma del régimen de jubilaciones, 14 de febrero de 2007.



LOS PATRONES PODRAN DESCONTAR DE GANANCIAS LOS SALARIOS Y APORTES
Votan ley para blanquear al personal doméstico
(…) El paquete "Feliz Navidad" que prepara el Congreso para las maratónicas sesiones ya pautadas para el martes, miércoles y jueves próximos en ambas cámaras alcanzaría a las cerca de 700.000 empleadas domésticas que el Gobierno estima tienen trabajo pero en negro. Es decir, sin aportes jubilatorios ni cobertura de obra social.
Un proyecto de ley, incluido en el paquete Antievasión II que promueve la AFIP, prevé impulsar un registro previsional único para el personal doméstico con una "zanahoria fiscal" para los potenciales empleadores.
Si el proyecto se convierte en ley, a partir de 2005 quienes se decidan a inscribir a sus mucamas como empleadas en relación de dependencia podrían descargar los pagos de aportes previsionales y de sueldos de las declaraciones del Impuesto a las Ganancias que presenten en mayo.
Actualmente conviven dos registros. En uno se inscriben los empleados en relación de dependencia y en el otro, los que realizan trabajos por hora.
Según datos de la AFIP, sólo hay 1.300 inscriptos en el primero en todo el país y en el segundo, 45.000. Ambos regímenes tributan diferente.
El cronograma de los bloques del PJ prevé que el martes la Comisión de Presupuesto de la Cámara Baja apruebe el dictamen a favor de esta medida para habilitar el tratamiento en el recinto. El oficialismo busca que en alguna de las tres sesiones de esta semana le dé aprobación Diputados y que, casi en simultáneo o en la última sesión, prevista para el 22 de diciembre, lo hagan los senadores.
Si el proyecto avanza, habrá un único mecanismo de aportes a la ANSeS y a las obras sociales. Pero los empleados inscriptos en relación de dependencia conservarán los derechos laborales vigentes. En el régimen simplificado, puede inscribirse el resto de las personas que trabaja por horas, y que no cuenta con esos derechos.
Hoy hay distintas escalas de aportes, de acuerdo con la cantidad de horas de trabajo por semana. Técnicos de la AFIP remarcaron, ante la consulta de Clarín que la unificación previsional no afectará la categorización vigente.
Los que trabajen 6 horas por semana aportarán 8 pesos al mes y su empleador, 12. A partir de 12 horas, el aporte será de 15 pesos y la contribución de 24. Si se llega a 16 horas o se las supera, el aporte será de 20 pesos y la contribución los 35.
Para acceder a los beneficios de la obra social y la jubilación, si los pagos en este concepto no cubren los $ 55, el empleado debe aportar la diferencia.
 
 


El fomento a la energía eólica en el país, un atractivo para la inversión
Pese a las excelentes condiciones naturales que se registran básicamente en la región patagónica, y a los avances tecnológicos que han reducido el costo de los equipos, el aprovechamiento de la energía eólica en el país sigue siendo una materia pendiente.
La participación del sector dentro del parque de generación eléctrica es mínima. De la capacidad instalada total de algo más de 24.000 MW que existe a nivel nacional, las plantas eólicas sólo llegan a aportar el equivalente al 0,001%.
Según el "Plan Estratégico Nacional de Energía Eólica" que tiene en ejecución la administración kirchnerista, para el 2010 las usinas impulsadas por los vientos deberían aportar 300 MW de generación, casi diez veces más que ahora.
Para lograr ese objetivo, la Nación y algunas provincias establecieron varios incentivos y desgravaciones fiscales que apuntan a facilitarle el camino a los inversores privados.
Además, por medio de ENARSA -la empresa estatal de energía- se prevé instalar nuevos parques eólicos en ocho provincias. Ya están en fase experimental varios aerogeneradores en Comodoro Rivadavia que totalizan 60 MW. Y los próximos emprendimientos se localizarían en Santa Cruz, Buenos Aires, Río Negro, La Rioja, Neuquén, San Juan y La Pampa.
En tanto, la firma privada Emgasud y la provincia de Chubut tienen en las gateras una iniciativa para construir un polo generador que agregaría otros 100 MW de origen eólico.
Según un informe de la consultora Value Partners, la inversión para poner en marcha una central eólica se redujo notablemente en los últimos 25 años.
En 1980, la instalación de una planta eólica era ocho veces más cara que una usina convencional. En cambio ahora, con un costo de inversión de US$ 700 por kilowatt generado, la energía eólica se convirtió en una alternativa competitiva frente a las centrales térmicas a con carbón y combustibles líquidos.

© Clarín, El fomento a la energía eólica en el país, un atractivo para la inversión, 21 de enero de 2007.

 
Por otra parte, dijimos también que el Estado interviene en la administración del gasto en que incurre, conocido como gasto público. Este puede ser:

Gasto corriente: es el conjunto de gastos de consumo del gobierno y está formado por el pago de salarios de los funcionarios públicos y los demás gastos de funcionamiento en que incurre el Estado para prestar sus servicios.
Gasto de inversión: es el conjunto de gastos realizados para comprar o elaborar bienes destinados a la producción de otros bienes.

:| Muchas veces usted habrá oído hablar a los gobernantes de la necesidad de “achicar el gasto público”, o de que las administraciones públicas presentan déficit en su economía.
Ahora bien, ¿qué significan estas afirmaciones?
¿Cuándo se puede hablar de equilibrio en las cuentas del Estado?


En una administración estatal existe equilibrio fiscal cuando los ingresos públicos igualan los egresos. Teniendo en cuenta lo mencionado ¿cómo definiría usted el déficit fiscal?

Veamos ahora como se definen técnicamente déficit y superávit:


El gasto público puede ser financiado mediante:

impuestos o precios,
préstamos solicitados al sector privado,
la emisión de títulos de deuda pública,
donaciones de organismos internacionales o préstamos de otros países.
Cuando los ingresos originados en estas fuentes no son suficientes, los gobiernos pueden acudir a la emisión de moneda para saldar su déficit.
 
 


:::.. Economía y democracia

El análisis del proceso lógico mediante el cual se toman las decisiones por parte del Estado se estudia en la teoría de la elección pública. Así como existe el supuesto de racionalidad del homo economicus, como base para estudiar el comportamiento del consumidor o del productor, la teoría de la elección pública trata de descubrir la racionalidad que guía el comportamiento de los gobiernos, que son quienes orientan el desempeño estatal.

En una democracia, gobernantes y gobernados participan de un juego. El juego político debe satisfacer los deseos y necesidades de los electores. Los políticos deben, como los productores en relación a los consumidores, estimar cuáles son los deseos de los electores para tratar de conseguir el mayor número posible de votos.

Mediante el voto los electores expresan sus preferencias respecto al conjunto de medidas de política económica que proponen los políticos.
Cuando los grupos de votantes actúan en bloque logran mayor incidencia en la determinación de las políticas que desean.

La necesidad de maximizar los votos fortalece al sistema democrático en la medida en que hace que los gobernantes deban estar atentos a las aspiraciones de los electores, si quieren asegurar su permanencia.

Seguramente usted habrá escuchado hablar de los grupos de presión. Éstos están constituidos por ejemplo, por empresarios o cualquier otro conjunto de individuos que, compartiendo los mismos intereses, intentan influir en las decisiones políticas para obtener medidas que favorezcan esos intereses particulares y que muchas veces son contrarias al interés general, razón por la cual no cuentan con el respaldo de un amplio número de votantes. Cuando las decisiones políticas se
 
toman bajo la influencia de los grupos de presión la democracia se debilita y se vuelve poco representativa.

En cambio, en una democracia consolidada, con alta representatividad de sus gobernantes, los sistemas tributarios deben cumplir distintas funciones, que dependerán de los objetivos del gobierno que los impone.
Los gobiernos locales o regionales suelen obtener ingresos a partir de impuestos sobre las propiedades físicas, mientras que los centrales cobran impuestos sobre la venta y sobre la renta.
Los gobiernos locales o regionales están obligados a limitar sus gastos a sus niveles de ingreso (restricción presupuestaria), que dependen de los ingresos tributarios que obtienen y del dinero que les transfiere el gobierno central. Sin embargo, éste último puede generar ingresos, además de los impuestos, para equilibrar su presupuesto.

Las políticas impositivas y de gastos reflejan el sistema de valores que caracteriza a una sociedad. Casi todas las democracias modernas consideran que un buen sistema tributario ha de cumplir cuatro principios fundamentales:


Equidad: un impuesto ha de ser, por su propia naturaleza, equitativo, es decir, que las cargas fiscales que se paguen sean proporcionales a la capacidad de pago de los individuos.
Claridad y certidumbre: la aplicación práctica del sistema tributario tiene que ser clara y constante para que el sistema tributario resulte creíble.
Aplicabilidad: el cumplimiento de las obligaciones tributarias dependerá de que su aplicación práctica sea fácil. El fraude fiscal se ha reducido mucho en aquellos países que han creado sistemas que permiten la retención de parte de los impuestos en la liquidación del sueldo de los trabajadores.
Eficiencia: un buen sistema tributario tiene que ser fácil de administrar. Los sistemas tributarios difíciles de gestionar malgastan recursos destinados a la recaudación y minan la confianza en el sistema y en el ejecutivo.

:| Usted, simplemente como contribuyente, conoce el funcionamiento de nuestro sistema tributario. ¿Considera que cumple con las características que acabamos de mencionar?
Realice una indagación entre sus allegados preguntándoles si les parece que el sistema tributario de nuestro país es equitativo, claro, aplicable y eficiente.

En lo que respecta a los impuestos, los mismos se pueden clasificar de acuerdo con dos criterios:
 
Impuestos

Según sus efectos sobre la distribución de ingresos
Impuestos progresivos: aumenta la tasa del impuesto cuando aumenta la base imponible. El porcentaje abonado está calculado en función de las riquezas que posee el aportante.
Por ejemplo: Impuesto a los bienes personales, impuesto a las ganancias.

Impuestos regresivos: baja la tasa del impuesto cuando aumenta la base imponible. El porcentaje aportado no guarda relación con la riqueza que posee el aportante. (En general suelen ser impuestos indirectos)
Por ejemplo: El Impuesto al valor agregado IVA

Impuestos proporcionales: gravan en la misma proporción cualquiera sea la base imponible.

Por ejemplo: El Impuesto al Valor Agregado (IVA), Impuesto a los Bienes Personales.

Según sobre qué recaen Impuestos indirectos: son los que se recaudan sobre los bienes y servicios y, por lo tanto, sólo afectan a las personas de manera indirecta. Por ejemplo: el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Impuestos directos: son los que gravan directamente a las personas, por ejemplo el impuesto a la renta de las personas físicas, el impuesto al patrimonio.

En casi todos los países industrializados se prefiere utilizar una estructura tributaria progresiva. ¿Cuáles podrían ser las razones?

En primer lugar, porque se considera que los impuestos progresivos son más equitativos (los más ricos tienen mayor capacidad de pago); en segundo lugar, porque se tiene en cuenta que la riqueza y la pobreza extremas perjudican el bienestar social y económico de una sociedad, y los impuestos progresivos tienden a reducir estos extremos.
 
:::.. Los sistemas económicos

Comenzaremos este apartado definiendo qué entendemos por sistema económico.

La teoría económica actual diferencia tres tipos de sistemas económicos:

El sistema de mercado libre
El sistema centralizado
El sistema mixto

A continuación desarrollaremos cada uno de ellos.

El sistema de mercado libre

En este sistema los agentes económicos privados, familias y empresas, son los que toman decisiones respecto a la asignación de recursos. El Estado no interviene, si bien determina el marco jurídico en que dichas relaciones tienen lugar.
Se supone que dichos agentes toman decisiones impulsados por la búsqueda de su máximo bienestar, el cual redunda en el bienestar de la economía en su conjunto, concebida como el agregado de dichos individuos.
 
 
En una economía de mercado libre, los precios son el mecanismo que articula las distintas necesidades en juego. El libre juego de los oferentes y demandantes es un elemento clave de un sistema de este tipo. De esa forma se determina un precio según el cual las cantidades ofrecidas de bienes y servicios son iguales a las cantidades demandadas.

El sistema centralizado
Su característica es que la propiedad de los medios de producción es del Estado y las decisiones de asignación de los recursos se concentran en un organismo de planificación central de carácter estatal y se toman sin que participen ni los precios ni el mercado. En un sistema de este tipo es el Estado el que asigna los recursos a los diferentes agentes productivos, determina cómo realizar la producción y define cómo distribuir dicha producción entre los consumidores estableciendo la cantidad que debe recibir cada uno.

El sistema mixto
La mayoría de las economías se pueden definir como de sistema mixto, en el cual el Estado colabora con la iniciativa privada realizando actividades como proveer ciertos bienes y servicios, establecer impuestos, subsidios, etc.

:::.. El mercado de bienes

Veamos, en primer lugar, ¿cómo se define un mercado?

En general, las empresas pertenecientes a un mercado elaboran un mismo producto o un conjunto de productos relacionados entre sí, esto es, bienes sustitutos, bienes complementarios o insumos para la producción de un artículo particular y lo hacen de acuerdo con una tecnología similar.

Dicho mercado puede existir en un lugar determinado (por ejemplo, el Mercado Concentrador de Liniers, donde se comercia ganado o el Mercado Central de Buenos Aires, donde se intercambian frutas y verduras) o bien realizar las
 
transacciones a través de una línea telefónica o un fax, bolsas de valores, mercados de exportaciones e importaciones, etc.

No siempre es fácil definir un mercado, para ello debemos considerar los bienes involucrados en los procesos de intercambio. Así, si determinamos que dos productos -por ejemplo, la cerveza y el vino- son sustitutos entre sí, entonces ambos pertenecen al mismo mercado -el mercado de las bebidas alcohólicas- en caso contrario, debemos hablar por separado del mercado de los vinos y del mercado de las cervezas.

:| Le proponemos que piense usted otros ejemplos de productos que pueden formar parte del mismo mercado, por tratarse de bienes sustitutos, y mencione otros que no lo son.

Otro criterio que suele utilizarse para definir la estructura del mercado es el
número de compradores y vendedores que participan en él.

Teniendo en cuenta este último criterio, los mercados adquieren diferentes estructuras, tal como se detallan en el siguiente cuadro:

Cantidad de oferentes Cantidad de demandantes (compradores)
Uno Pocos Muchos
Uno Monopolio bilateral Monopolio Parcial Monopolio
Pocos Monopolio parcial Oligopolio bilateral Oligopolio
Muchos Monopsonio          Oligopsonio Competencia perfecta

Modelos de estructura de mercado

Analicemos los aspectos más relevantes del cuadro.
Desde el punto de vista de la cantidad de compradores, los mercados más conocidos son: el monopsonio y el oligopsonio.

La terminación “sonio” indica que estamos haciendo referencia al comprador en el mercado, “mono” significa que hay uno solo y “oligo” que hay unos pocos.
 
Por ejemplo, en la Argentina muchos productos primarios como la leche, los cereales, las oleaginosas, las frutas y el azúcar, entre otros, muestran una fuerte dispersión y atomización de la oferta, y una significativa concentración de los compradores representados en la mayoría de los casos por grandes empresas.
Específicamente en el sector lácteo, el mercado de la leche está concentrado sólo en torno a seis empresas, mientras que los productores superan ampliamente los mil establecimientos.

Desde el punto de vista de la cantidad de vendedores, la terminación “polio” es la que se utiliza y las estructuras más conocidas son:

Es un caso extremo en el cual existe un único productor de un bien o un servicio que no tiene sustitutos. Como ejemplos podemos citar la producción y transmisión de la energía eléctrica, el transporte de gas y agua, la provisión de cableado de teléfonos, etc.

Pese a que generalmente los mercados monopólicos son ineficientes, en términos de competencia hay tres grandes razones que justifican su existencia:

El control exclusivo de factores productivos: un ejemplo posible es el agua mineral embotellada. Si una empresa es dueña del lugar donde está el manantial de agua, el control exclusivo del recurso natural la convierte en monopólica. A pesar de que para muchos consumidores el agua potable gasificada puede ser un sustituto perfecto de la anterior, en general podemos decir que no tiene sustitutos satisfactorios.

La existencia de una patente: las patentes existen para proteger a los inventores, dándoles el derecho a beneficiarse por la producción exclusiva de su invento.

Una concesión por parte del Estado: las licencias o concesiones estatales evitan la existencia legal de otras empresas. Por ejemplo, en la concesión para la construcción de un puente, para el mantenimiento de una carretera, o para la recolección de basura. El Estado otorga, a través de una licitación, la explotación exclusiva a una empresa.


Es aquella estructura donde hay pocos vendedores; por ejemplo, en la fabricación de aviones hay pocos operadores que dominan el mercado - Airbus y Boeing principalmente-. La mayoría de los mercados son oligopólicos: los refrescos, las cervezas, el pan envasado, los helados, etc.
 
Dado que cada empresa se enfrenta a un número reducido de rivales, sus decisiones suelen afectar a cada uno de ellos. Al maximizar beneficios las empresas deben tomar en cuenta la acción de sus rivales. Por lo tanto, cada empresa tratará de predecir las decisiones de las otras empresas y cómo reaccionarán ante sus propios actos. Siempre que una empresa toma en cuenta las reacciones potenciales de otras, se dice que se comporta estratégicamente.

Esta estructura de mercado se distingue del monopolio y la competencia perfecta (que mencionaremos más adelante) por la interdependencia entre las acciones de las distintas empresas que lo conforman. Recordemos que:

Dichas empresas en general se dan cuenta que sus beneficios podrían crecer si realizaran acuerdos con sus rivales. A estos acuerdos, con el objetivo de aumentar su poder de mercado, se les denomina colusión.

En caso de que el acuerdo se realice en forma explícita o institucionalizada se le denomina cártel, siendo el caso más conocido el de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) conformado por países de Oriente Medio e Indonesia, Nigeria y Venezuela.
La OPEP fue creada en 1960; su funcionamiento activo comenzó en 1973, ya que a partir de ese año se operó un acuerdo de fijación de precios entre los miembros. Dicho cártel representaba aproximadamente el 56% de la producción mundial en 1973; el resto de la producción estaba en manos de productores más pequeños (Estados Unidos, Unión Soviética, Noruega, México y Gran Bretaña).

En 1973 la OPEP comienza a actuar como una gran empresa dominante que puede fijar el precio de mercado limitando su propia producción. La tasa de crecimiento anual de la producción mundial de crudo fue de un 10% entre 1955 y 1973, mientras que entre 1973 y 1979 cayó a 0%. Así los precios del petróleo aumentaron un 200% en 1973, esto es, se triplicaron y en 1979, cuando la
 
revolución iraní interrumpió los suministros de petróleo, el precio volvió ha aumentar un 250%.

También llamado mercado competitivo, se basa en el supuesto de la aceptación de precios por parte de compradores y vendedores. Esta suele ser la estructura predominante del mercado de algunos productos agrícolas.

Tanto en el monopolio como en el oligopolio la cantidad que la empresa vende afecta de manera significativa el precio del mercado. Esto significa que la empresa tiene poder de mercado, ya que la capacidad que posee es un factor determinante sobre el precio. Ahora bien, existe una estructura intermedia entre la competencia perfecta y el monopolio denominada competencia monopolística.
En este caso existe un gran número de vendedores pero que producen productos diferenciados, lo cual les da poder de mercado. La competencia monopolística es muy frecuente en los servicios, por ejemplo, en los restaurantes, las peluquerías, las estaciones de servicio, etc.

En general, a aquellas estructuras que no son competencia perfecta se las denomina competencia imperfecta. En el siguiente cuadro se sintetizan sus principales características:


Características Competencia perfecta Competencia imperfecta
Monopolio Competencia monopolística Oligopolio

Cantidad de productores Muchos Uno Muchos Pocos
Influencia de la empresa sobre los precios Nulo Total (pero generalmente regulado) Relativa Relativa
Tipo de bien Homogéneo Único sin sustitutos Diferenciado Homogéneo o diferenciado

Caracterización de la estructura de mercado

Por otra parte, otra característica a destacar es la existencia de barreras a la entrada. Se trata de mecanismos que restringen el ingreso a determinados
 
mercados, sobre la base de requisitos específicos que limitan el número plausible de participantes. Es decir que éstas impiden que entren competidores potenciales al mercado; pueden ser barreras tecnológicas, legales, de comportamiento estratégico de las empresas, etc.

Existen mercados, como los monopolios, donde la entrada está totalmente bloqueada; por ejemplo, en el radio de la Ciudad de Buenos Aires ninguna empresa puede proveer líneas de teléfonos a no ser las empresas asignadas por contrato con el Estado –en el caso argentino Telefónica y Telecom-. En el caso de la competencia perfecta y la competencia monopolística la entrada es libre es decir que no existen impedimentos para el ingreso a un mercado específico.

:::.. Mercado y competencia

En este apartado estudiaremos cómo se estructura la relación entre oferta y demanda, en el marco de un sistema económico. Esta noción es de suma importancia ya que nos permite observar cómo interactúan la oferta y la demanda de bienes en el mercado y comprender cómo se establecen los precios en una economía.

En el siguiente gráfico representamos el equilibrio competitivo de corto plazo que muestra la relación entre compradores y vendedores en el mercado y su efecto sobre la fijación del precio de un bien determinado.
En dicho gráfico, la curva de demanda representa al conjunto de compradores del mercado y la de oferta al conjunto de los vendedores.

El punto E se denomina de equilibrio. En él, la oferta y la demanda se encuentran equilibradas, situación que genera que compradores y vendedores fijen un precio con el cual ambos están satisfechos. Si pensamos en un precio por arriba del punto de equilibrio, la cantidad ofrecida siempre es mayor que la demandada, por lo tanto se dice que hay un exceso de oferta. Los oferentes no están satisfechos porque no pueden vender todo lo que quisieran y si desean deshacerse de las unidades que les sobran deben bajar los precios hasta el punto E, donde ya no existe el exceso.

Si el precio fuera menor que el de equilibrio, la cantidad demandada sería mayor que la ofertada, por lo tanto habría exceso de demanda. Los demandantes serían los insatisfechos, y los vendedores al observar esto se darían cuenta que pueden subir el precio y aumentar las cantidades vendidas. Por lo tanto, el exceso de demanda presiona el alza del precio.

Precio
 
Exceso de oferta
 
Oferta
  
Exceso de demanda
 
Demanda
  
Equilibrio competitivo de corto plazo
 
Cantidad
 
Observemos que el precio de equilibrio de un mercado competitivo es igual a la valoración que hacen los demandantes de esa unidad y éste es exactamente igual al costo marginal de producirla. Por tal motivo, se dice que la asignación de recursos que hace el mercado competitivo es eficiente, porque no es posible mejorar el bienestar de algún grupo (compradores o vendedores) sin empeorar el del otro.


Precio

 Exceso de oferta
P1





P2
 
Oferta










Demanda
 

 
Q1 Q2

Eficiencia del mercado competitivo
 
Cantidad
 

Si observa el gráfico anterior, al precio P1 hay exceso de demanda, ya que a ese precio se producirá Q1, pero se mejoraría el bienestar de los demandantes si se produjera una cantidad mayor, dado que ellos están dispuestos a pagar más. De hecho, por esas cantidades están dispuestos a pagar P2.

Ahora bien, que la asignación sea eficiente no implica que sea socialmente óptima. Los que participan en el mercado están satisfechos, pero hay gente que directamente no participa en dicho mercado ya que los bienes que producen pertenecen a otros mercados.
El precio de equilibrio, a su vez, cumple el papel de asignar los recursos de los productores y de los consumidores. Por su parte, el productor compara ese precio con el costo marginal y decide si le conviene producir esas unidades o dedicarse a la elaboración de otro producto. Así, sectores productivos con beneficios positivos atraen los recursos hacia ellos. Respecto al consumidor, dado que, como mencionamos, los recursos son escasos los precios cumplen el objetivo de racionar dichos bienes escasos, quedándoselos los consumidores que le conceden el mayor valor.

En conclusión:
 

Los precios constituyen el mecanismo central de asignación en una economía
de mercado.



Como ya mencionamos, cumplen el papel de asignar los recursos escasos entre los sectores productivos y de racionarlos entre los consumidores.

Sin embargo, existen fallas del mercado que pueden dar lugar a una asignación ineficiente de los recursos, tales como:


La competencia imperfecta: la competencia perfecta da lugar a una cantidad transada de equilibrio óptima en función de una oferta y una demanda estipulada en un marco de equilibrio. En consecuencia, la valoración que realizan los individuos de una unidad adicional es igual al costo de producirla. Las empresas imperfectamente competitivas, al no regirse por este principio pueden fijar precios por encima de sus costos, determinando menores cantidades consumidas que las que se determinarían en competencia perfecta. En estos casos, el Estado puede intervenir fijando precios máximos que equilibren el mercado.
Bienes públicos: se denomina bien público puro a aquellos bienes o servicios que no son rivales en el consumo ni es posible la exclusión. Los bienes o servicios que cumplen ambas propiedades como, por ejemplo, la defensa nacional, la televisión abierta o las veredas, se denominan bienes públicos puros.
Externalidades: cuando la producción o el consumo de un bien o servicio beneficia (externalidad positiva) o perjudica (externalidad negativa) directamente a empresas o consumidores que no participan ni en su compra ni en su venta, y cuando esos efectos no se reflejan totalmente en el precio de mercado se denomina externalidad. Un ejemplo típico de externalidad negativa es la contaminación ambiental. La actividad productiva de algunas empresas genera contaminación de aguas, sonora o del aire, perjudicando a personas que no participan en dicha actividad.
Hasta ahora, al analizar el comportamiento de los empresarios, vimos que los costos en que incurrían eran fundamentales a la hora de tomar decisiones y que costos se denominan costos privados. Sin embargo, si al realizar su actividad el empresario provoca costos adicionales a individuos externos a ella, se definen los costos sociales como los costos privados más estos costos adicionales impuestos sobre otros agentes.
 
Mercados incompletos: siempre que los mercados privados no suministren un bien o un servicio, aún cuando el costo de suministrarlo sea inferior al que los consumidores están dispuestos a pagar, existe un fallo del mercado y se suele decir que el mercado es incompleto. Los ejemplos más comunes son los mercados de seguros y préstamos, en donde muchas veces ocurre que hay sectores que no son alcanzados por los productos que se ofrecen. Por ejemplo, en el caso de las PYMES, la exigencia de garantías es la que retrae la demanda. En estos casos, la regulación o la provisión de estos bienes o servicios por parte del Estado puede equilibrar esa carencia.

Asimetrías de información: es frecuente que todos los agentes económicos no tengan la misma información. Algunos de ellos pueden usufructuar en beneficio propio la información diferencial que poseen, causando un perjuicio a quienes carecen de la ventaja informativa. Por ejemplo, la información sobre los efectos secundarios de un medicamento o de un alimento puede no ser conocida por el público, lo cual lo coloca en desventaja en el momento de tomar sus decisiones de consumo. En estos casos, la intervención del Estado pasa por garantizar el acceso a la información de los consumidores.


:::.. Mercado de factores

En el apartado dedicado al mercado de bienes, analizamos los procesos y acciones que competen específicamente a los mercados de productos -bienes y servicios-.

Las empresas demandan mercancías por razones distintas a las de los consumidores, ya que no buscan satisfacer un deseo sino que valoran los factores por el producto que se puede generar con su utilización, el cual se vende en el mercado originando así su propio ingreso.
Veamos ahora qué son los factores productivos;

La demanda de factores productivos que realizan las empresas se conoce como demanda derivada, dado que se deriva indirectamente de la demanda que realizan los consumidores del bien final que producen dichas empresas.
 
El razonamiento en términos marginales que realiza la empresa para calcular el monto óptimo de producción que maximiza sus beneficios, también puede aplicarse para determinar la cantidad óptima a contratar de un factor. En consecuencia, si el ingreso adicional que genera, o ingreso marginal, fuese mayor que el costo marginal, la empresa decidirá la contratación de ese factor.

En otras palabras, una empresa competitiva elegirá contratar cantidades del factor hasta que su producto marginal sea igual a su precio real. Consecuentemente, si aumenta el precio del producto, se reducirá el precio real del factor, por lo que dicho factor productivo resultará más barato para la empresa y se incrementará la cantidad óptima a contratar. Por lo tanto, la demanda de factores por parte de la empresa dependerá de los precios reales de los mismos. Por ejemplo, para un productor agropecuario una reducción el precio de un insumo como los fertilizantes significaría, en primer lugar, una mejora en su rentabilidad y, en segundo lugar, le permitiría aplicar una mayor cantidad de fertilizante para producir en la misma superficie.

Entre los principales mercados de factores debemos destacar:


a. El mercado de trabajo
Es aquel en el que se ofrece la capacidad de trabajo por parte de las familias y dicha capacidad se demanda por parte de las empresas. En él se determinan las cantidades intercambiadas del factor, la ocupación y su precio, es decir, el salario.

Según la teoría liberal el mercado del factor trabajo operaría igual a los demás mercados. Sin embargo, desde una perspectiva marxista se postula que el factor trabajo no es una mercancía igual a las otras. Es más, se señala que el empresario adquiere en el mercado de trabajo la fuerza de trabajo, la capacidad de realizarlo, mientras que es el trabajo concreto el que entra en el proceso productivo. Desde esta perspectiva, se argumenta que el factor trabajo es el único capaz de generar valor.

La oferta del mercado de trabajo resulta de la suma horizontal de las curvas de oferta de cada trabajador, indica el número de personas que están dispuestas a trabajar en actividades remuneradas, a un nivel de salario dado.
 
Esta disposición dependerá, entonces, del nivel de salario y de la preferencia del trabajador por el ocio como alternativa al trabajo, así como de factores culturales y sociales.
Para identificar la curva de oferta de un trabajador bastaría con preguntarle cómo varía la cantidad que está dispuesto a ofrecer al variar el salario. En este sentido, si el salario aumenta operarán dos fuerzas opuestas sobre la cantidad de horas que un trabajador estaría dispuesto a ofrecer. Por un lado, el incremento de la remuneración será un incentivo para sustituir ocio por trabajo
-denominado efecto sustitución-, es decir, aumentar la oferta de trabajo en detrimento del tiempo libre. Por otro lado, al percibir un salario mayor, trabajando igual cantidad de horas que antes de dicho incremento, podrá adquirir más bienes y servicios, entre los que se debe incluir el ocio, lo cual se denomina efecto ingreso. Por ejemplo, podría estar dispuesto a trabajar menos horas, tomarse más días de vacaciones, o adelantar la edad de jubilación.

La demanda de trabajo la realizan las empresas y se define como la relación entre el número de personas que están dispuestas a contratar las empresas y el nivel de salario. De esta manera, si el salario se reduce y el Valor Producto Marginal (VPM) se mantiene sin cambios, los empresarios estarán dispuestos a demandar una mayor cantidad de trabajo. Por el contrario, al incrementarse los salarios la demanda de trabajo se reducirá ya que el precio de la mano de obra resultará mayor al VPM que genera su utilización.

En consecuencia, la demanda de factores está asociada al VPM que se genera a través de la producción, y resulta relevante evaluar qué sucede cuando varía el Producto Marginal (PM). El mismo se puede incrementar, básicamente, por dos razones:

La primera, debido a la innovación tecnológica, lo que puede conducir a que se obtenga un mayor nivel de producto marginal, independientemente del nivel de utilización de dicho factor.
La segunda, resultaría de la educación o del aprendizaje derivado del propio proceso productivo, que pueden conducir a incrementar el producto marginal del trabajador.


En ambos casos se representaría por el desplazamiento hacia arriba y hacia afuera de la curva de demanda de trabajo (aumenta la demanda). Es decir, se demandará más de ese factor de lo que se hacía anteriormente, con esos niveles de precios, debido al incremento de su producto marginal.
Por su parte, el precio de los bienes o servicios que produce la empresa también incide sobre la demanda de trabajo. Cuando éste se incrementa aumentará la oferta de bienes de la empresa y, por lo tanto, aumentará la demanda de trabajo.
 
A su vez, al incrementarse el precio de los bienes que vende en el mercado se reduce el precio real del factor sobre el precio del producto final, conduciendo a que sea inferior el PM.


b. El mercado de capital

El término capital suele referirse a dos conceptos distintos que veremos en el siguiente gráfico.


A diferencia del trabajo, que suele contratarse por un período de tiempo determinado, el capital suele ser propiedad de la empresa. Por ejemplo: edificios de la empresa, maquinarias, mobiliarios, recursos financieros para llevar a delante la producción, etc.

A su vez, el capital tiene una doble calidad, dado que puede considerarse como producto final de un proceso productivo -un auto, una heladera, un televisor, un libro- o como factor intermedio que se utiliza en la producción de otros bienes- planchas de acero, como insumo de distintas producciones industriales –industria
 
automotriz, industria de electrodomésticos-, tablones de maderas, como insumo para las industria de muebles.

El costo de uso de los servicios de bienes de capital es el alquiler del capital. El propietario del bien de capital fijará un alquiler que cubra el costo de oportunidad de poseerlo. Por su parte, existirá también un precio del activo. El precio como activo del capital físico es el precio al que puede comprarse o venderse directamente dicho bien. Un ejemplo claro es el mercado inmobiliario de locaciones comerciales, en el cual los costos de los alquileres de locales, oficinas, fabricas y galpones se estipulan no solo a partir de las cualidades del bien - ubicación, dimensiones, etc- sino que también influye el precio de venta de la propiedad.

Ahora bien, debe hacerse aquí una serie de consideraciones específicas como:

Los intereses que se deben pagar por el préstamo.
La depreciación ya que por ejemplo la maquinaria, se deprecia, es decir, pierde valor por el uso y el paso del tiempo. La depreciación, a su vez, dependerá de la innovación tecnológica.
El mantenimiento de la maquinaria o del inmueble.

En consecuencia, la demanda de capital físico es la cantidad que la empresa desea contratar de un factor específico, a distintos niveles de precio de alquiler. Al igual que en el caso de la mano de obra, la demanda de la empresa la determina el ingreso marginal que su utilización genera en términos de producto de la empresa. Así, una empresa siempre se inicia con una estimación de facturación a partir de la elaboración y comercialización de uno o más productos determinados. En función de esa proyección, la empresa determinada sus posibilidades financieras para su instalación y sus posibilidades de endeudamiento. En consecuencia, el ingreso que proyecte obtener como resultado de esa actividad determinará el tamaño y ubicación de las instalaciones, el tipo de maquinarias a utilizar, etc.

Por ello, nuevamente, lo relevante para la empresa será el Valor del Producto Marginal del Bien de Capital (VPMK), es decir, el producto marginal multiplicado por el precio de los bienes que produce la empresa. Tal como se señaló anteriormente, la regla de la contratación establece que la empresa deberá utilizar bienes de capital hasta el punto donde el VPMK sea igual a su costo.


:::.. Análisis económico

Cotidianamente oímos hablar en los medios de comunicación de la macro y de la microeconomía como dos entes separados y sin tener muy clara la diferencia
 
entre uno y otro concepto. Intentaremos ahora dilucidar algunas cuestiones referidas a ambos, a fin de poder contextualizarlos en el marco general de la economía.
En pocas palabras podemos señalar que al referirnos a lo macro y lo micro estamos haciendo, obviamente, referencia a dos niveles distintos de análisis de una misma realidad.


¿Piense usted a qué considera que se hace referencia en cada caso? 
¿Qué variables analizará la microeconomía y cuáles la
macroeconomía?


Sigamos adelante para tratar de visualizar las principales diferencias y los ámbitos en los que cada una tiene ingerencia.

:::.. Microeconomía
La microeconomía, una de las dos ramas en las que se divide la economía, realiza el estudio de unidades económicas (las personas, las empresas, los trabajadores, los propietarios de tierras, los consumidores, los productores, etc.); es decir, estudia cualquier individuo o entidad que se relacione de algún modo con el funcionamiento de la economía de forma individual, no en conjunto.
Le proponemos pensar en el siguiente ejemplo de análisis microeconómico: el estudio de la rentabilidad de una actividad específica. Tomemos el caso de un productor de la región pampera que decide producir soja. ¿Qué deberíamos hacer para llevar adelante el análisis propuesto?

Tendríamos que realizar un análisis pormenorizado de los procesos económicos y productivos involucrados en la producción de soja.

En primer lugar, nos avocaríamos a determinar cuáles son sus costos de producción y para ello deberíamos especificar cuáles son los insumos necesarios: semillas, fertilizantes, herbicidas, maquinarias y herramientas para siembra, trabajadores para el cuidado de los campos, etc. La sumatoria de todos esos ítems determinará el Costo Total de Producción.
En segundo lugar, deberíamos determinar cuál es la dimensión del campo destinado para la producción y, luego, qué productividad tiene ese campo, es decir, cuántos kilogramos de semillas se obtienen de la cosecha de una hectárea de ese campo.
 
Por último, deberíamos determinar a qué precio el productor venderá su producción. De esta manera, la relación entre la producción total en kilos por el precio estimado nos va a dar el Ingreso Bruto total para ese campo.
En consecuencia, la rentabilidad del productor surgirá de restar a los Ingresos Brutos los costos de producción.

De lo anterior se deduce que al estudiar este tipo de casos, la microeconomía analiza y explica cómo y por qué estas unidades toman decisiones económicas. Es decir, el tipo de análisis planteado siempre se realiza previo a la concreción de la producción efectiva del bien, buscando conocer cuál es la ganancia esperable para una actividad específica. En el caso específico del productor de soja, podemos decir que la decisión de plantar o no soja dependerá, principalmente, de que el margen de ganancia que resulte del análisis satisfaga sus necesidades.


:::.. Macroeconomía

La macroeconomía, la otra rama de la economía, se encarga de estudiar el comportamiento y el desarrollo agregado de la economía. Cuando se habla de “agregado” se hace referencia a la suma de un gran número de acciones individuales, realizadas por diversas unidades económicas, que componen la vida económica de un país.

La macroeconomía se ocupa del análisis del comportamiento global de la economía, tomando como ámbito de referencia una región o un país. Incorpora una perspectiva de conjunto acerca de por qué suceden los fenómenos económicos, con el fin de definir qué debe hacerse para resolver dichos problemas.

La macroeconomía es el área de la economía que se ocupa de estudiar el comportamiento global del sistema económico, reflejado en un número reducido de variables. Los principales objetivos macroeconómicos que se han propuesto alcanzar los economistas y los gobiernos a lo largo de la historia contemporánea han sido:

lograr un crecimiento económico sostenido
asegurar niveles altos de empleo para la población
estabilizar los precios
alcanzar mayor eficiencia en el desempeño de la economía y
mejorar la distribución del ingreso.
 
Como hemos visto a lo largo de estas unidades en diferentes momentos históricos se ha privilegiado alguno de esos objetivos económicos y se han recomendado diferentes políticas en esta materia.
Veámoslo a través de la siguiente Actividad.

“Que la riqueza consiste en dinero, o en oro y plata, es una idea popular, derivada de las dos distintas funciones del dinero, como instrumento de comercio y como medida de valor. En virtud de la primera de esas funciones, podemos adquirir con el dinero cuanto necesitamos, con más facilidad que por mediación de cualquier otra mercancía. El gran negocio de siempre consiste en ganar dinero. Una vez conseguido este, cesan las dificultades para emprender otras adquisiciones sucesivas. Como consecuencia de la segunda de esas funciones, que consiste en ser medida de valor, estimamos todas las demás cosas por la cantidad de dinero que podemos conseguir a cambio de ellas. Solemos decir de un hombre rico que vale mucho dinero, y de un hombre pobre que vale poco. De uno ahorrador, o que desea enriquecerse, se acostumbra decir que es muy amante del dinero; y de otro que sea generoso o gastador, que lo mira con indiferencia. Enriquecerse consiste en adquirir dinero; la riqueza y el dinero se tienen, en el lenguaje vulgar, como términos sinónimos.
Un país se supone que es generalmente rico, de la misma manera que una persona, cuando abunda en dinero, y el atesorar oro y plata se considera el camino mas corto y seguro de enriquecerse. Poco tiempo después del descubrimiento de América, la primera pregunta que solían hacer los españoles, cuando llegaban a costas desconocidas, era si había o no oro o plata en los lugares cercanos. Por los informes de esta clase que tomaban juzgaban después si sería o no conveniente fundar establecimientos en los países que se creían dignos de conquista. [...]
Imbuidas por esas máximas vulgares, todas las naciones de Europa se dedicaron a estudiar, aunque no siempre con éxito, las diversas maneras posibles de acumular oro y plata en sus respectivos países. España y Portugal, propietarias de las principales minas que surten a Europa de aquellos metales, han prohibido su exportación bajo las penas más severas, o bien han sometido la saca a impuestos muy fuertes. [...]

El comercio interior, que es el mis importante de todos, el trafico en que un capital de la misma cuantía produce el mayor ingreso y crea la ocupación mas amplia, se consideraba
 
como subsidiario tan solo del comercio extranjero. Se aseguraba que ni traía ni quitaba dinero al país. Por ende, la nación no podía ser por su causa ni más rica ni más pobre, a no ser porque su prosperidad o decadencia podía influir en la situación del comercio extranjero. [...]
En el supuesto, pues, de que se establezcan como ciertos los dos principies: que la riqueza consiste en el oro y la plata, y que estos metales pueden introducirse en los países desprovistos de minas por el único medio de la balanza de comercio, o extrayendo mayor valor del que se introduce, el gran objetivo de la economía política habrá de ser disminuir todo lo posible la importación de géneros extranjeros para el consume domestico y aumentar, en lo posible, la exportación del producto de la industria nacional.
Los dos grandes arbitrios para enriquecer un país no podían ser otros que las restricciones a la importación y el fomento de las exportaciones. Las restricciones sobre la introducción de mercancías extranjeras en un país son de dos especies. La primera consiste en las restricciones que se establecen, sin reparar en el país de procedencia, sobre géneros extranjeros, para el consume domestico, que se pueden producir en el interior. La segunda implica las que se imponen sobre la mayor parte de los artículos extranjeros de ciertas naciones, con las que se supone que es desfavorable la balanza de comercio.
Todas estas restricciones unas veces consisten en derechos elevados sobre la importación, y otras veces en prohibiciones absolutas. La exportación se fomenta, a veces, con la devolución de derechos, y otras, con primas a la exportación. También por medio de tratados de comercio .ventajosos con Estados extranjeros, y mediante el establecimiento de colonias en países distantes. La devolución de derechos suele tener lugar en dos ocasiones: cuando las manufacturas domésticas estaban sujetas a ciertos impuestos, los cuales se devuelven, en todo o en parte, a quien los pago, si dichos productos se exportan; o cuando se importan géneros extranjeros sujetos al pago de ciertos derechos, para reexportarlos, en cuyo caso se devuelve total o parcialmente la suma satisfecha. Las primas a la exportación se conceden para fomentar las manufacturas nuevas o cualquier otra especie de industria que se considere digna de favor. Por medio de los tratados de comercio ventajosos se procura conseguir de un país extranjero algunos privilegios para los comerciantes y las mercancías del propio, además de los que aquella nación concede a otros países. En las colonias que se establecen en países distantes, no solo se pretende gozar de privilegios particulares, sino generalmente de un monopolio absoluto para los efectos y comerciantes de la metrópoli.
Las dos especies de restricciones sobre la importación, además de los otros cuatro procedimientos que hemos citado para fomentar la exportación, constituyen los seis resortes principales con que el sistema comercial se propone aumentar la cantidad de oro y plata en cualquier nación, atrayendo hacia ella todos los efectos favorables de la balanza de comercio. [...] Según ellos, por su natural tendencia, contribuyan a aumentar o disminuir el producto anual del país, así contribuirán evidentemente a aumentar o disminuir la riqueza real y las rentas efectivas de la nación”.

© Smith, Adam, Tratado sobre el origen y causa de la riqueza de las naciones, publicado en 1776.

“Aquí tenemos la doctrina económica del laissez-faire, con su más ferviente expresión en el libre comercio, del todo arropada. Las frases y la idea deben haber sido corrientes en París desde entonces. Pero tardaron en consagrarse en la literatura; y la tradición que las asocia con los fisiócratas, y particularmente con Gournay y Quesnay, encuentra poco apoyo en los escritos de esta escuela, aunque ellos propusieron, por supuesto, la armonía esencial de los intereses sociales e individuales. La frase laissez-faire no se encuentra en las obras de Adam Smith, Ricardo o Malthus. Ni siquiera la idea está presente en forma dogmática en algunos de estos autores. Adam Smith, por supuesto, fue un librecambista y se opuso a muchas restricciones del comercio del siglo XVIII. Pero su actitud hacia las leyes de navegación y las leyes de usura demuestra que no era dogmático. Incluso su famoso pasaje sobre «la mano invisible» refleja la filosofía que asociamos con Paley, más que el dogma económico del laissez-faire. Como han señalado Sidgwick y Cliff Leslie, la defensa que hizo Adam Smith del “sistema obvio y sencillo de libertad natural” se deduce de su punto de vista teísta y optimista sobre el orden del mundo, tal como lo expuso claramente en su Teoría de los Sentimientos Morales, más que de cualquier otra proposición de la propia economía política (11) La frase laissez-faire se introdujo, creo, en el uso popular en Inglaterra a través de un pasaje bien conocido del Dr. Franklin (12). En efecto, no es hasta las últimas obras de Bentham -que no fue un economista en absoluto- cuando descubrimos la regla del laissez-faire, en la forma en que la conocieron nuestros abuelos, adoptada al servicio de la filosofía utilitarista. Por ejemplo, en Manual de Economía Política (13), escribe: “La regla general es que el gobierno no debe hacer ni intentar nada; la divisa o el lema del gobierno en estas ocasiones, debe ser: ¡Quieto!”... La petición que la agricultura, las manufacturas y el comercio presentan a los gobiernos es tan modesta y razonable como la que hizo Diógenes a Alejandro: No me tapes el sol”.
© Keynes, J.M.: “El final del laissez-faire”, Ensayos sobre intervención y liberalismo, Orbis, Barcelona, 1986.

Seguramente, en su respuesta al punto 2 de la Actividad anterior surgieron reflexiones como las que aquí le comentamos. Las políticas económicas o
 
macroeconómicas constituyen un conjunto coherente de instrumentos y acciones que se proponen para alcanzar los objetivos macroeconómicos que se consideran prioritarios.
Uno de los principales problemas de la política económica radica en pretender lograr un conjunto de objetivos diversos, todos ellos deseados pero a veces no compatibles los unos con los otros. No siempre es posible crecer sin generar inflación, no siempre es posible aumentar la competitividad externa de la economía sin bajar el salario real, no siempre es posible mejorar la distribución del ingreso y aumentar la producción, al mismo tiempo.

Estos problemas de compleja solución, para los que se deben realizar opciones, son los grandes dilemas de la política económica. Una dificultad adicional surge por el hecho de que las mismas políticas económicas pueden tener efectos diferentes en disímiles economías o en una misma economía en dos momentos históricos distintos.

Los comportamientos económicos están naturalmente influidos por otras conductas humanas: culturales, sociales, políticas. Por esta razón se debe tener mucho cuidado cuando se desea aplicar en un país una política económica que resultó exitosa en otro. Es necesario realizar los estudios y adaptaciones necesarias para reproducir experiencias exitosas.

Finalmente, diremos que las acciones que tienden a asegurar los principales equilibrios macroeconómicos son instrumentos de la política económica. Dichos equilibrios son:

El equilibrio fiscal, es decir el balance entre los ingresos y los gastos del Estado.
El equilibrio externo, es decir, el balance entre importaciones y exportaciones de bienes y servicios.

:::.. Las cuentas nacionales
El registro contable de las principales variables económicas constituye el sistema de las cuentas nacionales. En general, dichas cuentas se elaboran sobre la base de metodologías comunes para todos los países, muchas veces propuestas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Su elaboración con una misma metodología permite hacer comparables las economías de diferentes países.
Esta metodología establece una serie de identidades contables, es decir, relaciones entre las variables que deben cumplirse en todo.

Entre las principales variables que se consideran se encuentran:
 
 

Haber sido producidos dentro de la economía que se analiza y esto es lo que llamamos producto interno.
Haber sido comprados a otras economías o países, las que denominamos importaciones. Las importaciones (M) son las compras de bienes y servicios que los residentes de la economía doméstica realizan en el exterior.

Es decir que la oferta incluye:

El indicador más utilizado para medir la producción interna de los países es el
Producto Bruto Interno (PBI).

El valor de los bienes producidos se calcula sumando los precios de mercado de dichos bienes multiplicados por la cantidad. Los precios de mercado nos dan la unidad de medida homogénea que nos permite sumar diferentes bienes producidos (trigo, manzanas, camisas, etc.).

Cuando se vende un producto, por ejemplo un paquete de galletas, algunos de sus elementos ya han sido objeto de compras y ventas:

el agricultor vendió el trigo al molino para elaborar la harina,
el molino vendió la harina a la fábrica de galletas,
la fábrica le vendió al comerciante mayorista,
el comerciante mayorista las vendió al kiosco donde las compramos.
 
Si sumáramos el valor de todas estas ventas para medir el producto, algunos ingredientes estarían siendo contabilizados varias veces, por eso sólo se registran en el producto bruto.

El Valor Agregado Bruto (VAB) en la economía es el valor de venta de los bienes y servicios producidos descontado el costo de los productos intermedios utilizados en su elaboración. Surge del valor de los salarios, beneficios, rentas, intereses que se pagan en cada segmento del proceso productivo. En consecuencia, existe otra forma de registrar el valor de la producción que es sumando los valores agregados en cada etapa del proceso productivo.

El Ingreso o Renta Nacional (Y) es la suma de las remuneraciones pagadas a los factores productivos por las empresas. Incluye salarios, intereses y rentas. La medición del valor de la producción de un país es indiferente que se haga mediante la suma o agregación del valor de la producción final o mediante la suma o agregación del valor del ingreso nacional, porque ambos valores serán idénticos, por tanto se verifica la siguiente igualdad:

Producto Nacional = Ingreso Nacional

El Producto Bruto Nacional (PBN) es la producción total generada en un período de tiempo por las personas físicas o jurídicas que gozan la condición de residentes en un país o región sin importar donde estén radicados, o sea, aún cuando estén radicados en el extranjero. De manera que, si al PBI se le resta el ingreso de los residentes extranjeros en el país (RRE) y se le suma el ingreso que los residentes en el país obtienen en el extranjero (RRN), se obtiene el PBN.

En el caso de nuestro país, por ejemplo, para estimar el PBN se deberían descontar las remesas de utilidades a la casa matriz de empresas extranjeras radicadas en el país, como McDonald´s o Shell, y sumar las remesas de empresas nacionales radicadas en el exterior, como la sucursal del Banco de la Nación Argentina en Nueva York y Madrid.
 
Veamos ahora cuáles son los indicadores que se utilizan para medir el PBI:

PBI per cápita

Resulta por tanto, de dividir el PBI de una economía entre el número de habitantes de la misma. No sería correcto comparar el PBI de un país muy grande, como Brasil, con el PBI de un país pequeño como Bolivia. Tal comparación sólo nos estaría señalando una gran diferencia de tamaño entre los dos países pero no estaríamos informándonos sobre la capacidad productiva de sus habitantes ni sobre si los mismos tienen más bienes y servicios a su disposición en uno u otro caso.

El PBI per cápita es un indicador útil porque, precisamente, permite identificar capacidades o posibilidades de producción proporcionadas al tamaño de la población de los países. Sin embargo, al considerar valores promedio no nos indica si efectivamente cada persona de ese país dispone de esa cantidad de bienes y servicios porque la posibilidad de comprarlos estará determinada por la distribución del ingreso.

PBI real o constante
El valor monetario de un bien es el resultado de multiplicar la cantidad de dicho bien por su precio. El valor de la producción de una economía es el resultado de sumar todos los valores de los bienes y servicios individuales, o sea, todos los productos físicos y multiplicarlos por sus respectivos precios.
 
Puede haber dos razones diferentes por las cuales aumenta el Producto Bruto Interno de una economía:

 puede ocurrir que se haya generado más cantidad de bienes y servicios, por lo cual las personas tendrían más bienes y servicios a su disposición,
 puede haberse producido un aumento de precios de los bienes y servicios ya existentes.
En este último caso, las personas estarían pagando una mayor cantidad de dinero para comprar los mismos bienes que ya existían.
Para analizar y juzgar el funcionamiento de una economía es fundamental saber cuándo se produce un aumento del PBI, si el mismo fue real, es decir, un fenómeno deseable o si se debió a un fenómeno indeseable de aumento de los precios.

Las variables nominales, o a precios corrientes, son aquellas a las cuales no se les quitan los efectos de la variación de los precios. Las variables reales, o a precios constantes, son aquellas a las cuales se les descuenta el efecto de la variación de los precios, con el fin de que reflejen la variación de las cantidades de bienes y servicios producidos.

El PBI a precios corrientes representa el valor de la producción a los precios existentes en el año en que se realiza la producción. El PBI a precios constantes refleja el valor de la producción expresada en base a los precios vigentes, en el año que se toma como base. Para obtener las variables expresadas en valores constantes se deflactan2 las variables tomadas a precios corrientes con un índice de precios adecuado. Este procedimiento nos permite ver la evolución del indicador en períodos largos, ya que neutraliza los efectos coyunturales derivados de la inflación, las devaluaciones, etc.
Pero, ¿qué es un índice?

2 Deflactar una variable significa eliminar los efectos estacionales que pueden afectar a una serie de precios. Para ello, se tomas los valores reales de la serie se crea un índice –se pasan a números absolutos- que ajusta los datos según una variable determinada. En el caso de los economistas, muchos índices se construyen ajustando los datos según el índice de precios al consumidor (IPC).
 
Tasas de crecimiento
Reflejan la variación del producto a lo largo del tiempo. Cuando se calcula la tasa de variación del producto a precios constantes o producto real se está midiendo cuánto ha variado la cantidad de bienes y servicios producidos. En cambio, la tasa de crecimiento del PBI a precios corrientes o producto nominal incluye también los cambios ocurridos en los precios.

Ciclo económico y tendencia
Son las fluctuaciones más o menos regulares en el nivel de actividad económica. Está compuesto por cuatro fases:

1. Expansión: cuando aumenta la actividad económica.
2. Cima: cuando se llega a la máxima producción, indica el fin de un período de crecimiento.
3. Recesión: cuando disminuye la actividad económica.
4. Fondo: se alcanza la mínima producción, señala el fin del ciclo.

En los períodos de recesión aumenta el desempleo de los factores productivos y los ingresos tienden a bajar, determinando menores niveles de demanda de bienes y excesos de oferta. En los períodos de auge se incrementa la demanda de factores productivos y los ingresos tienden a aumentar provocando, a su vez, aumentos de la demanda de bienes y servicios, muchas veces acompañados por presiones inflacionarias. En líneas generales, las fluctuaciones de la actividad económica son irregulares. Si fueran regulares como un péndulo serían más fáciles de prever y sería más sencillo desarrollar políticas que llevaran la producción a los valores deseados. Sin embargo, las fluctuaciones son irregulares y difíciles de predecir.

La demanda agregada (DA)
Es la cantidad total de bienes y servicios que gastan todas las unidades de consumo de la economía (familias, Estado y sector externo). El ingreso nacional o renta nacional (Y) es la suma de los ingresos que reciben las familias por ser propietarios de los factores productivos: trabajo, capital y recursos naturales. Los ingresos percibidos por las familias son los que permiten que éstas realicen gastos en la compra de los bienes y servicios disponibles en la economía.

El ingreso percibido por las familias, que se destina a comprar bienes para ser consumidos, constituye el consumo privado o, simplemente, consumo. El ingreso de las familias que no es destinado al consumo constituye el ahorro. Los bienes adquiridos para destinarlos a la producción de otros bienes constituyen la
 
inversión. Cuando un residente vende un bien o servicio a un no residente se produce una exportación.

En consecuencia, dado el sistema de partida doble de la contabilidad nacional, el total de compras de una economía se iguala al total de ventas. Sin embargo, la verificación de esta igualdad no significa que todos los agentes económicos estén en equilibrio, es decir que estén consumiendo o produciendo las cantidades deseadas a los precios vigentes en la economía.

Donde:
Y = producto interno M = importaciones C = consumo
I = inversión
G = consumo del Estado o gasto público X = exportaciones

:::.. La Economía y su relación con otras ciencias

Durante los últimos 10 años se ha venido observando una tendencia creciente, en la actividad científica, hacia la interrelación y colaboración de las ciencias, en la búsqueda de respuestas a diversos problemas. Este comportamiento se observa claramente también en los ministerios y en las distintas esferas de gobierno, así como en el ámbito de las empresas privadas, donde las soluciones a las problemáticas y la elaboración de planes de acción es abordada por equipos multidisciplinarios integrados por profesionales de distintas ramas de la ciencia. Frente a esto, nos parece importante que en el epílogo del presente módulo queden planteados los puntos de contacto entre la economía y algunas de las ciencias más representativas de la actualidad.

:::.. Economía y las ciencias físicas y sociales

Como ya hemos desarrollado en puntos anteriores, la Economía es la ciencia que estudia el comportamiento humano como una relación entre fines y medios escasos, que poseen usos alternativos. Es decir que se puede identificar como la ciencia que examina aquella parte de la acción social e individual que está más
 
estrechamente ligada al logro y empleo de los requisitos materiales del bienestar (microeconomía).

Asimismo, esta ciencia se aboca también al análisis de las leyes que rigen el funcionamiento económico de las sociedades (macroeconomía). Por lo tanto, en su forma más pura, la economía se encuentra en el lugar de confluencia del mundo físico y el mundo social: tecnología y psicología. Los principios económicos vienen determinados o influenciados y, a su vez, determinan e influencian muchas ramas del conocimiento de las ciencias físicas y sociales.

:::.. Economía y tecnología
La tecnología relaciona al hombre con su medio físico, tanto con el mundo natural como con las modificaciones llevadas a cabo por los científicos. Los grandes avances y desarrollos a lo largo de los dos últimos siglos han transformado las relaciones económicas.

Así, por ejemplo, la revolución de los transportes ha reducido las distancias; asimismo, al reducir los costos ha hecho posible el cambio de la producción de pequeñas unidades a la producción en gran escala, que resulta mucho más económica. La característica clave de una decisión económica reside en que implica una elección sobre la base de la comparación del coste y del beneficio, en la cual las condiciones tecnológicas cumplen un papel fundamental.

:::.. Economía y Derecho

La actividad económica funciona dentro de las condiciones impuestas por el hombre a través de sus legislaciones. La ley más importante, en un país democrático, es la que gobierna la propiedad ya que la mayor parte de la propiedad es privada; un sistema de mercados competitivos y la iniciativa privada es la base de su estructura. La ley que gobierna la formación y conducta de las empresas es la que le sigue en importancia; y finalmente la de contratos. La organización industrial ha mantenido sus mercados en una situación más competitiva de lo que hubiera sido en ausencia de marcos jurídicos.

:::.. Economía y Psicología

A partir del desarrollo de la teoría económica, en la primera parte del siglo XX, la psicología ha ido ganando ingerencia en el análisis de los fenómenos económicos ligados a la demanda. Esto se debe a la noción aceptada de que la forma en que los hombres reaccionan a las condiciones cambiantes, las dificultades y las oportunidades, afectarán sus decisiones económicas. Como ya hemos analizado en apartados anteriores, los hombres actúan para satisfacer ciertos objetivos con preferencia a otros, es decir, que poseen una “escala de preferencias” que
 
gobierna sus elecciones. El análisis económico hace uso de modelos en los que se supone que los hombres compran y venden en el mercado utilizando un mecanismo de razonamiento específico.

:::.. Economía y Lógica
La economía sigue los métodos lógicos de razonamiento que se emplean en todas las ciencias "empíricas", es decir, aquellos basados en la experimentación. La proposición particular describe la causa de la ocurrencia, y la predicción específica o deducción describe el efecto. Todas las ciencias empíricas son así sistemas de hipótesis del que es posible obtener una visión del mundo mediante la deducción pura.
La economía intenta establecer proposiciones que sean universalmente aplicables, que sean capaces de explicar la realidad y susceptibles de verificación. Por lo tanto, las construcciones teóricas del economista son necesariamente “modelos” abstractos del mundo real, e invitan a la crítica, y las conclusiones que obtiene derivan por completo de las definiciones y supuestos artificiales de que partió.

La utilidad de estos instrumentos reside totalmente en la luz que pueden aportar acerca de los problemas prácticos del mundo real. Fijan límites superiores a lo que el hombre puede lograr con el fondo del conocimiento que tiene a su disposición. Las leyes de la economía proporcionan una guía para la política, indicando la dirección que pueden tomar las consecuencias no esperadas de las acciones individuales y sociales.

:::.. Economía y Matemática

La economía se interesa por las cantidades, o mejor, por sus cambios en el margen. El lenguaje y las técnicas de la matemática avanzada son de gran utilidad para el razonamiento deductivo. La estadística es utilizada cada vez en mayor grado por el economista; representa para él un sustituto de los experimentos controlados que no puede llevar a cabo debido a la imposibilidad de aislar los fenómenos sociales.

En consecuencia, para su estudio, la economía moderna utiliza herramientas como la matemática y la estadística, aplicadas al análisis de situaciones específicas. Econometría es el nombre con el que se designa la aplicación de las técnicas matemáticas y estadísticas a la resolución de problemas de economía.

La econometría, por lo general, se basa en la construcción de modelos formales con los cuales es posible verificar hipótesis, medir variables estadísticas y realizar pruebas de simulación. Trata particularmente de los problemas de la economía en los que, si bien resulta imposible llevar a cabo experimentos controlados, es
 
obligada la referencia a los datos económicos tomados de la realidad; circunstancia, por otro lado, de extensión general a los fenómenos sociales. De aquí que la econometría trate de realizar inferencias estadísticas a partir de datos no experimentales, y que su desarrollo vaya ligado a la cuantificación de los fenómenos y a los problemas del mundo económico.

Una característica distintiva de los estudios econométricos -combinación de la teoría económica, de los métodos matemáticos y de los datos estadísticos- es el uso de modelos, como expresión matemática formal y capaz de simular y verificar las relaciones entre las ideas y las variables económicas relativas a un determinado fenómeno complejo, con la participación explícita de variables aleatorias.
Los Modelos Econométricos son muchísimo menos precisos que los modelos físicos y, por tanto, aproximaciones simplificadas de la realidad con participación de variables aleatorias caracterizadas por sus distribuciones de probabilidad. Modelos que, en última instancia, pretenden proporcionar conocimientos cuantitativos de la realidad económica y, a la vez, considerar las posibilidades de toma de decisiones encaminadas a la planificación presupuestaria, a la mejora o la previsión de las decisiones económicas, y a la modulación de los resultados económicos de algún proceso o sistema, así como prever su evolución.

Ahora bien, en estos modelos intervienen variables económicas que pueden ser exógenas o independientes del fenómeno estudiado, y endógenas o determinadas por el fenómeno que el modelo pretende representar. Una variable es cualquier actividad, producto o cantidad a la que, mediante medida, pueden atribuirse valores numéricos diferentes.

La naturaleza aleatoria de las variables económicas genera modelos econométricos con un componente que se suele denominar “error” o “desviación”, que sigue una ley de probabilidad y en la que están presentes las variables exógenas que intervienen en el modelo y los inevitables errores de medida de las cantidades económicas. Las variables anteriores están ligadas entre sí por relaciones establecidas mediante instrumentos matemáticos.

De manera los modelos pueden estar soportados por una o por varias ecuaciones, pero siempre en cada ecuación interviene un número limitado de variables.

En consecuencia, un modelo económico es una conceptualización mediante la cual se pretende representar matemáticamente y de forma simplificada la realidad, para, de esa forma, poder establecer y cuantificar las relaciones entre las variables económicas que se analizan. A partir de los mismos, la economía puede dar explicación tanto a hechos ocurridos en el pasado, así como realizar pronósticos sobre el comportamiento económico en el futuro.

Lo anterior facilita el diseño y la implementación de políticas económicas en un país o una región por parte de las autoridades económicas las cuales, a través de estas políticas, dirigen la economía de dicho país o región con el objetivo primordial de beneficiar a sus habitantes y, por ende, a la economía en general, gracias a la satisfacción de sus necesidades.

:::.. Economía Positiva y Normativa
En la actualidad, los libros de economía diferencian claramente entre dos formas de llevar adelante el trabajo dentro de la ciencia económica: la Economía Positiva y la Economía Normativa.
A continuación desarrollaremos ambas:

Economía Positiva
Es el estudio de la forma en que se comporta la economía (Teoría Económica). El economista formula principios económicos, es decir, hace generalizaciones acerca de la forma como se comportan en realidad los individuos y las instituciones. Organiza, interpreta y generaliza de manera sistemática los hechos. Mediante la inducción se extraen o crean principios a partir de los hechos.

En este punto es donde se ordena y analiza sistemáticamente una acumulación de hechos a fin de posibilitar la derivación de una generalización o conjunto de principios. También se pueden hacer generalizaciones mediante la deducción o método hipotético. En este procedimiento el economista recurre a la observación casual, la percepción, la lógica o la intuición para estructurar una hipótesis.
 
Economía Normativa
Es la que hace prescripciones sobre lo que debe hacerse (Política Económica). El conocimiento general del comportamiento económico, que proporciona principios económicos, puede entonces utilizarse en la formulación de políticas, es decir, los remedios o soluciones para corregir o evitar el problema objeto de estudio. A partir de los mismos la economía normativa incorpora juicios personales de valor sobre lo que debe ser la economía o qué política o acción particular se debe recomendar.

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